El sector productivo sigue siendo víctima de los extremos de la naturaleza. Por un lado está la sequía que el año pasado hizo perder toneladas de soja que hoy no se pudieron exportar, por otro, la extrema cantidad de agua caída en poco tiempo que arrasó con un campo en Canindeyú. Es la apuesta por la agricultura, un negocio de altas y bajas.
Pese a que muchos los culpan de ser los causantes del desnivel que se tiene actualmente en asuntos meteorológicos, esto en parte no es tanto así y se vive desde tiempos que aún existían los montes. El clima tiene altibajos y los productores saben bien este punto, lo que no saben es cuándo, cómo y dónde afectarán sus extremos.
Esto es lo que ocurrió en la zona de Puerto Adela, departamento de Canindeyú y fue viral en redes sociales porque, un agricultor extranjero perdió todo el trabajo de preparación de sus parcelas por las copiosas lluvias registradas en la zona este del país.
Fue así que una precipitación de más de 100 milímetros arrasó completamente su campo, justo cuando éste estaba siendo trabajado con cal agrícola para ser sembrado y, según explica el afectado, son casi 4.500 kilos de cal agrícola por hectárea las que se perdieron con el temporal.
La pérdida económica es grande para los productores que sin aún tener presto el suelo, sufren de las veces que se forman ríos sobre sus zonas de trabajo, llevando consigo los rastrojos usados para la siembra directa y el tratamiento de suelo que cuestan una fortuna.
Tal vez para las personas de las ciudades este no sea un tema preocupante, pero el golpe económico que genera este tipo de fenómenos es incalculable para los hombres que viven de este negocio en áreas rurales. Fenómenos producidos muchas veces por ciclos de la naturaleza.
También, por la dimensión de los terrenos, puede ser un fenómeno aislado pero lo preocupante es que toda la zona vuelve a tener alerta meteorológica para los próximos días.
Si en las ciudades grandes ya sentimos el efecto, esto no es nada bueno para las siembras que se realizan actualmente en zonas productivas.
No, con la naturaleza se lucha en vano, nos queda nada más que ver las fotos e imágenes para finalmente desear una pronta recuperación a la gente que depende de la difícil e incomprendida tarea de trabajar en la agricultura.