Las complicaciones iniciales de la campaña sojera 2023 – 2024 que comenzó en el mes de setiembre, tuvo sus altibajos a causa de los ajustes climáticos que se dieron en esa temporada por consecuencia del fenómeno del Niño. Esto tuvo que replantear prácticamente de cero, con un manejo diferente a lo de años anteriores para al menos salvar la cosecha que se estima llegaría a unas 8 a 9 millones de toneladas de rendimiento final.
Desde la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), estimaron que los rendimientos no serían muy beneficiosos al final de la zafra. El asesor agrícola del gremio agroexportador, Luis Cubilla, se mantiene cauto en este sentido. Mencionó que la campaña iniciada con un año niño, tuvo varias variaciones que complicaron septiembre, octubre y noviembre, meses que generalmente suelen ser precisos en la distribución de las lluvias.
“A última hora se recuperaron y esto es notable, y el último estudio que realizamos, indica que los cultivos se encuentran en buen desarrollo, algunos como lo de San Pedro esperan aún que se recuperen porque la siembra se realizó este mes de diciembre por lo que estarían atrasados porque tuvimos mucho calor”, remarcó Cubilla.
Sobre el sufrimiento que tuvieron los cultivos a causa de las altas temperaturas, dijo que en las zonas productivas del Amambay como Cerro Corá y Bella Vista Norte, tuvieron que pasar por malos momentos a causa de las temperaturas elevadas.
No obstante, en términos generales, se podría dar un promedio de 2.700 kilos por hectárea, lo que significaría un total de 8 a 9 millones de toneladas para el fin de la campaña sojera 2023 – 2024, encerró.