El último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ubica a Paraguay en el Top 5 de las economías que más crecieron en el 2023 a nivel latinoamericano y la primera en la región. Desde comienzos de la década del 2000, Paraguay se destaca por un crecimiento sostenido de su economía gracias al denodado esfuerzo del sector privado y a que la clase política entendió que no debe inmiscuirse en ese terreno.
Vale destacar la sorprendente capacidad de recuperación de nuestro país, puesto que el año 2019 no se caracterizó por tener buenos números como venía siendo costumbre a raíz de una terrible sequía, a lo que se sumó la pandemia del Covid 19 que paralizó al mundo entero.
Aún en este escenario adverso, que a muchos países puso «patas para arriba», el Paraguay demostró ser ejemplo de resistencia y resiliencia. Este año cerramos con bombos y platillos con un crecimiento del 4,5% y una proyección del 3,8% para el 2024.
Pero no debemos dormirnos en los laureles: Si bien los números macro son positivos y nuestra economía va sobre rieles, todavía existe una gran brecha de desigualdad social que debe ser especialmente atendida por los tomadores de decisiones.
El gran desafío para los próximos años será que ese crecimiento vaya acompañado de políticas públicas tendientes a reducir la pobreza y las históricas inequidades. No será tarea fácil, pero así como hace dos décadas atrás se generó un gran pacto para sanear la economía e ir en pos del desarrollo, el siguiente paso deberá ser mejorar ostensiblemente la calidad de vida de la mayoría de la población, además de la captación de la inversión de capital extranjero que ven con buenos ojos a Paraguay.
Otro punto no menos importante que debe acompañar la bonanza es el combate frontal a la corrupción y al crimen organizado para lavarnos la cara en ese aspecto en el plano internacional. Vamos bien, pero podemos estar cada vez mejor.