El centenario partido, símbolo de la oposición paraguaya, viene mal desde hace mucho tiempo: a la pésima administración de la gestión de Efraín Alegre se le sumó la estrepitosa derrota en las elecciones generales de abril pasado. Por una cuestión casi «natural», lo lógico sería un gran gesto de humildad por parte de Alegre para dar un paso al costado al frente de la agrupación. Sin embargo, «humildad» no es precisamente una palabra que esté en el léxico de alguien que perdió tres comicios consecutivos. La transición fue un proceso traumático y la nube negra sigue sobre el partido de antiguas figuras como Eligio Ayala, Alon y Juan Manuel Benítez Florentin, entre otros.
Con Hugo Fleitas en la presidencia y Efraín en cuarteles de invierno, surgió en estos días la propuesta de siete financistas que se ofrecieron de manera «altruista» a dar una fuerte suma económica para saldar la deuda de USD 8 millones. El vocero de este «grupo de los 7» millonarios es el exsenador Alfredo Jaeggli. Es sabido que para una democracia fuerte y robusta es necesaria una oposición fuerte y robusta. Un PLRA diezmado políticamente y económicamente no contribuye a la calidad de nuestro sistema.
Ahora bien, sería importante profundizar más en este plan de salvataje. Dice el dicho que «cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía», a lo que se le puede agregar «En política, ningún almuerzo es gratis».