Un lamentable incidente se registró en el partido final por el titulo del campeonato mundial de talla baja a falta de cuatro minutos para la conclusión del primer tiempo en el estadio Malvinas Argentinas del club Argentinos Juniors en el barrio La Paternal de Buenos Aires, cuando Argentina se puso en ventaja por 3 a 1 favorecido por una desatinada intervención referil.
Grave fue el error arbitral que en vez pitar lateral por rebote del balón en el rostro del paraguayo Carrillo, concedió libre sin barrera al equipo albiceleste, interpretando que hubo toque con la mano del defensor guaraní. El hecho encendió las retenidas molestias de otras delegaciones que entraron al campo a demandar las muchas irregularidades en que incurrió la pésima organización del evento. Fue la gota que colmó la copa de la tolerancia de los visitantes hacia los organizadores, que se sumaron y adhirieron a los reclamos paraguayos.
En medio de los incidentes fue expulsado el técnico de la selección nacional mientras Carrillo exhibía los rastros que le dejó en la boca el pelotazo que fue piedra del escándalo.
El equipo guaraní decidió retirarse del campo, con lo que se dio por terminado el evento con la consagración de Argentina, como campeón ya sin acto de clausura.
La albirroja carapé se puso en ventaja inicial gracias a su goleador Pedro Ruiz a poco de iniciado el encuentro. Luego empezaron las sanciones referiles de faltas reiteradas que afectaron al equipo nacional cuando faltaban doce minutos para la conclusión del primer periodo. El artillero del certamen Catriel Breasco anotó tres sucesivos tiros libres sin barrera, siendo el ultimo la piedra del escándalo, pues se originó a raiz de una equivocada sanción arbitral.
En el equipo paraguayo que se quedó asi con el subcampeonato, jugaron Eduardo Martinez, Amado Gamarra (capitán), Ramirez, Aquino, Pedro Ruiz (goleador nacional con siete tantos) y Ozuna.
Argentina alineó a Soto, Facundo Rojas (capitán), Broggi, Lucas De Amigo, Chazarreta, Martin Antunez, Catriel Bracesco, Ledesma y Daniel Sierra.
Las objeciones de las delegaciones extranjeras fueron varias: aplicación dispar de normas respecto a cronometraje y altura de los arcos, la disputa de mas de un juego por dia, incomodidad en el alojamiento y alimentación precaria.
Silvia Rojas, madre del capitán del equipo argentino, al frente de la organización, declaró a TyC Sports: «Intentamos por todos los medios, fueron los árbitros y se ofrecieron a cambiar el arbitraje para que estén cómodos, le ofrecimos empezar nuevamente el partido 0-0, le hemos ofrecido todo.…. Hay mucho que limar, hay mucho que aprender, yo lo único que te puedo decir es que tengo una vergüenza enorme. Pido perdón a la audiencia, a la gente que confió en nosotros».
