En un momento crucial para la República del Paraguay, en el que los desafíos geopolíticos y económicos se ciernen sobre el horizonte del país, el Congreso de la Nación muestra su peor cara al desviar la atención pública de asuntos de vital importancia para la ciudadanía. La controversia desatada por rumores de infidelidades y relaciones personales entre políticos ha sumido a la nación en un escándalo que solo puede calificarse como baladí en comparación con los asuntos que deberían ocupar el centro de atención.

Temas de importancia nacional olvidados

Uno de los temas cruciales que requiere una profunda reflexión es el problema geopolítico de la Hidrovía, que representa el motor económico de nuestra nación. La infraestructura fluvial que conecta a Paraguay con el océano Atlántico es esencial para el comercio y la prosperidad del país. Detrás del problema de la hidrovía, con un peaje impuesto por la Argentina, se tejen intereses geopolíticos con proyección de largo alcance. Sin embargo, esto no forma parte de la agenda de discusión de nuestros parlamentarios paraguayos.

En otro aspecto, esta semana debía iniciarse la revisión del Anexo C, del Tratado de Itaipú, una cuestión de profundo interés para nuestra economía y soberanía energética, así como para el futuro de las próximas generaciones de paraguayos.

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La cuestión de Yacyreta

No podemos pasar por alto la cuestión de Yacyretá, represa binacional considerada un «monumento a la corrupción», que mantiene una serie de cuestiones pendientes, como la revisión del Anexo C, que venció hace casi 10 años, el pago por compensaciones por territorios inundados y el precio de la energía que sigue beneficiando en gran medida el desarrollo de Argentina. Son aspectos que merecen ser debatidos para mantener informada a la ciudadanía sobre los detalles de la situación de la binacional.

Estos debates públicos, que deberían ser conducidos en el Congreso de la Nación, se han visto ensombrecidos por la lamentable actitud de los parlamentarios, que se han centrado en cuestiones de infidelidades y asuntos degradantes, mostrando así su peor faceta y desviando la atención de los asuntos verdaderamente importantes.

La farandulización de la política

Esta farandulización de la política afecta no solo al Congreso, sino a casi toda la clase política y las autoridades. Es así que el intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez, acaparó la atención de la opinión pública saliendo al paso de rumores sobre la vida personal de su esposa, la senadora Lizzarela Valiente. Para empeorar aún más este panorama, el intendente Rodríguez utilizó sus redes sociales y emisoras para responder a los rumores con términos soeces y controvertidos.

Rodríguez apuntó a la senadora Celeste Amarilla como la que originó los rumores acerca de él y de su esposa, motivada por los celos y la intención de generar un quiebre dentro del movimiento Honor Colorado. “Primero quiso insinuar que la presidenta de la Junta estaba embarazada de mí. Después afirmó que mi señora me puso los cuernos con Bachi Núñez. En este punto quiso crear un quiebre dentro del movimiento Honor Colorado”, dijo.

Posteriormente, la senadora Amarilla, durante la sesión ordinaria, habló también sobre el incidente y manifestó su solidaridad con su colega Lizzarela. Esta, a su vez, anunció que tomará acciones legales contra Amarilla por la divulgación de rumores sobre supuestas infidelidades.

En medio de este escándalo, el Congreso parece haber perdido de vista su responsabilidad fundamental: servir al interés público. Mientras los políticos se enfrascan en disputas personales, temas cruciales para la república no forman parte del espectro de análisis de los parlamentarios.
Este es un momento en el que se requiere la concentración de los mejores esfuerzos para sacar el máximo beneficio para la ciudadanía. En lugar de eso, el Congreso de la Nación se ha sumido en una disputa que solo sirve para empañar la imagen de la política en Paraguay y distraer la atención de asuntos que realmente importan.