Cansa el círculo vicioso sobre el presupuesto público. El repetido show volvió a salir en el Palacio de Gobierno. Allí se pidió al sector privado que sea contrapeso para frenar las iniciativas parlamentarias en un año electoral. Tres cosas sobre eso: Es el Ejecutivo el que promulga el plan de gastos. Es su candidato el que hace campaña prometiendo condonar hasta a los morosos. Y son también instituciones que dependen de Abdo, las que salen contra la declaración de racionalidad que en el discurso busca instalar Hacienda.
Abdo Benítez se reunió con representantes de gremios del sector privado. Les solicitó que ayuden a parar las iniciativas parlamentarias, que pretenden inflar el presupuesto 2023, poniendo en riesgo la estabilidad fiscal. En puridad, el Ejecutivo remite el plan de gastos. El Congreso luego envía la sanción al Gobierno central y éste promulga o no. Aunque el Congreso pueda ratificarse, el que sabe si hay dinero y ejecuta los gastos es el Ejecutivo, por medio de Hacienda. Además ningún gran gerente, público o privado, puede gastar más de sus ingresos.
Seamos claros, quiénes pueden sacar ventajas en éste proceso electoral es el oficialismo en el Gobierno. Por eso, tal vez, su candidato Arnaldo Wiens promete condonar deudas a los morosos. Además, son entidades e instituciones que dependen de Abdo los que piden más dinero en contubernio con los legisladores. Salgamos de ese círculo vicioso de presunta preocupación por el impulso de leyes que circulan en el Congreso. El aumento de los gastos rígidos se da, necesariamente, en complicidad con el Ejecutivo.
Bien destacó el ex ministro de Hacienda César Barreto, quien advirtió que no se presagia muy buen resultado. “Cualquier cosa que uno haga hoy te lleva hacia un desequilibrio importante y va a ser una herencia muy pesada para el próximo gobierno si es que entran a tocar eso con fuerza”, dijo respecto al proyecto de presupuesto General de Gastos de la Nación 2023.
Los analistas coinciden que el presupuesto fiscal está en una situación crítica ya desde el 2020 hasta ahora, era de Abdo. Vamos hacia una situación bastante calamitosa para el 2023. Cuidado. Mucho cuidado que la clase política está encaminado a la población de toda la República a apelar luego al aumento de impuestos. Eso será más golpe sobre esa parte de la sociedad que justamente es el sector privado, que pone el dinero para esta burocracia pública enorme y lenta.
Seamos sinceros. El proyecto de presupuesto presentado por el Ejecutivo al Congreso ya tiene una alta carga, y mayormente es sólo para abonar los gastos corrientes. No tiene ningún gesto de austeridad, más que el populismo del discurso barato con eso de pedir auxilio al sector privado cuando el poder reside en el Gobierno. Lastimosamente, en la era Abdo no hay margen para inversiones, y sí se fueron creando más cargos públicos y nunca se avizoraron planes de achicamiento del Estado. Así la realidad, vale decir: No mientas Presidente.
