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viernes, 22 de noviembre de 2024
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El frágil equilibrio de la paz en la franja de Gaza


Nuevamente Israel se encuentra sumida en una contienda bélica con el movimiento Hamás. Intensos combates se desarrollan, después de que el ala militar de Hamás, las Brigadas al-Qassam, anunciara este sábado el inicio de una operación militar contra Israel y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieran con el lanzamiento de otra operación contra el movimiento en la Franja de Gaza.

Ambas partes ya han informado de decenas de muertos y cientos de heridos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró el sábado: “Estamos en guerra” después de que militantes de Hamas desde Gaza lanzaran un ataque sorpresa y multifacético en el centro y sur de Israel, matando a unos 250 israelíes e hiriendo a 1.000 más.

El asalto comenzó la madrugada del sábado cuando Hamás lanzó miles de cohetes hacia ciudades israelíes y envió militantes al territorio israelí por tierra y utilizando parapentes y lanchas rápidas. Hombres armados tomaron el control de zonas del sur de Israel, tomando rehenes y dejando cadáveres de civiles en las calles.

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Estos conflictos entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza han sido tan frecuentes durante décadas, y lamentablemente, la situación se ha tornado hoy más dura que nunca. Debido a la magnitud de los ataques, y a la respuesta de Israel, tal vez en esta ocasión el mundo enfrente la más dura de las luchas en aquella zona.

Históricamente, en el centro de este conflicto se encuentran cuestiones como la ocupación israelí de Cisjordania y Jerusalén Este. Ninguna de las partes está dispuesta a ceder y por ende los enfrentamientos no cesarán. La imposibilidad de arribar a acuerdo de paz torna la situación en una guerra eterna. Hamás, considerado una organización terrorista por Israel y muchos países occidentales, controla el territorio de Gaza y ha mantenido un control autoritario sobre la población palestina en la región. Israel desconoce esta potestad y la enfrenta constantemente.

Esta vez Hamás ha tomado rehenes civiles, ha lanzado miles de misiles y atentado directamente contra la tensa calma característica de la franja de gaza. Desde este lado del mundo todo aquello parece una locura, y de hecho lo es. El mundo considerará que esta vez se les fue la mano. La respuesta israelí y muy probablemente de la mayoría de los países a nivel mundial será fuerte. De hecho, ya gran mayoría de países se ha manifestado repudiando los ataques.

Por su parte Palestina seguirá arremetiendo. Según se ha informado, a través de los altavoces de las mezquitas del campo de refugiados de Shuafat en Jerusalén Este, los líderes religiosos alentaron a sus compañeros palestinos a tomar las armas. “Sólo entienden el lenguaje del arma. ¡Lucha contra ellos!” era el mensaje a gritos en un vídeo publicado por Quds News Network en la plataforma de redes sociales X.
La lucha lleva ya mas de 75 años, y esta vez cabe la pregunta ¿será esta la última de las guerras? Dada la magnitud del conflicto, podría considerarse que ambas partes arremeterán con todas sus fuerzas. Tal vez después de tanto tiempo, esta lucha agotará las fuerzas de uno o ambos bandos y no quedará otra alternativa que acordar la paz ante la atenta mirada de la tribuna internacional.

Los conflictos bélicos afectan no solo a los países involucrados directamente, sino a toda la humanidad, entendida esta como un organismo único. Cada guerra, cada muerte es una afrenta a este colectivo, por lo cual no es posible escapar al sufrimiento que causa por mas distantes que nos encontremos de la zona cero. Lo dijo John Donne “Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti”. Esta vez un nuevo conflicto hace que doblen las campanas, y doblan por todos nosotros.