Múltiples allanamientos se realizaron en Ciudad del Este. Mercadería de gran valor comercial era importada y declarada como autopartes. Celulares de alta gama eran declarados como repuestos a fin de tributar en un porcentaje mucho menor al que legalmente corresponde. Evidentemente no se trata de un pequeño negocio de evasión, sino que de un esquema instaurado y arraigado que se ejecutaba a gran escala. Hablamos de una mega organización que ha movilizado millones a lo largo del tiempo.
Ciudad del Este es sin duda el epicentro de un vibrante comercio. Y es que su estratégica ubicación en la triple frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina es una bendición para el ejercicio de actividades comerciales a todas las escalas, pero al mismo tiempo es una maldición debido a la facilidad para permear el sistema fiscal.
Una vez más nos encontramos ante un escándalo que sacude el Este. Esta vez se trata del falseamiento de declaraciones de mercaderías para ocultar el verdadero valor de los productos importados y, de esta manera, eludir el pago de impuestos. Ahora, para que los perpetradores puedan lograr esto, debemos entender que es necesario el concurso de múltiples actores, principalmente ligados a aduanas. Esta vez será necesario apuntar las investigaciones no solo a las altas jerarquías administrativas, sino que además y tal vez principalmente a los mandos medios. Después de todo, este tipo de esquema no sobreviviría un día sin el brazo ejecutor representado por los funcionarios de rango medio o incluso inferior. Como los ingenieros comandan una obra civil y los contratistas levantan los edificios; los jefes y directores dirigen estos esquemas, pero los funcionarios los ejecutan.
Estos esquemas no solo atentan las arcas del Estado, también carcome el ya sospechoso comercio de la región. El Paraguay cuenta con un potente motor económico en Ciudad del Este, sin embargo lo estamos desaprovechando históricamente. La que pudo haber sido sede continental del comercio ha sido devenida desde sus inicios en un emblema del tráfico ilegal de mercaderías de todo tipo.
No dudamos de que existan múltiples pequeños y grandes comerciantes las empresas locales que, a pesar de la inequidad de competir versus el contrabando, cumplen con sus obligaciones tributarias. Esta fuerza comercial es la que debe ser defendida a fin de evitar que aquellos involucrados en la evasión impositiva ganen la carrera. Se deben suprimir de raíz las actividades que socavan la igualdad de condiciones en el mercado y debilita la confianza en el sistema tributario.
Por otro lado, es problema se traslada a todo el país. No solo Ciudad del Este sufre el flagelo. La recaudación de impuestos en todo el país es esencial para financiar los paupérrimos servicios públicos con los que contamos. La evasión de impuestos aumenta la pesada carga que pesa sobre las espaldas del resto de la sociedad. Esta vez se espera una respuesta firme y enérgica. Es alentador que este esquema haya sido descubierto y denunciado, sin embargo la investigación no debe cesar, así como tampoco la persecución penal.
Erradicar los eternos vicios esteños no depende únicamente del cambio de autoridades, directores o jefaturas. La tarea debe extenderse además a extirpar estos vicios de los brazos ejecutores, funcionarios, empresas e incluso a los consumidores. La máxima “de los impuestos y de la muerte nadie se salva” debe cumplirse sin excepciones.