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viernes, 22 de noviembre de 2024
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Otra secuela del COVID

En medio de la devastación causada por la pandemia de COVID-19, la búsqueda de soluciones a nivel mundial se convirtió en una prioridad urgente. El gobierno de turno optó por recurrir a COVAX, un mecanismo global que buscaba, en teoría, garantizar el acceso equitativo a las vacunas. Sin embargo, el acuerdo resultó ser igual de gravoso que la pandemia misma.

Está muy claro que el gobierno anterior no supo realizar una gestión eficiente en muchos campos. En principio, la pandemia y sus nefastas consecuencias parecieron lejanas al Paraguay. Sin embargo, con el correr de los meses aquella ilusión se disipó. La precariedad de nuestros hospitales, sumada a la gestión deficiente del gobierno resultaron detonando el núcleo mismo del sistema de salud. Las consecuencias son pagadas hasta el día de hoy.

Paraguay procuró la adquisición de vacunas a través de COVAX. El organismo impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros socios internacionales recibió importantes pagos realizados, pero las vacunas no llegaron. El gobierno se encontró en la incómoda situación de haber pagado por vacunas que jamás fueron proveídas. Esto no solo representó un golpe económico para el país, sino también una demora en la inmunización de la población.

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En síntesis, el Paraguay perdió mas de 5 millones de dólares ante la pasiva mirada de las autoridades. COVAX, podríamos decir hasta con cinismo ha ofrecido dos alternativas: que recibamos las vacunas, o que paguemos una multa de USD. 180.000; ambas por demás absurdas. Por un lado ya no son necesarias las vacunas, y por el otro básicamente pagaríamos un tributo por haber sido estafados.

El nuevo gobierno asumió la situación con una visión distinta al anterior. Ambas propuestas serán rechazadas y esto será comunicado oficialmente a COVAX. Al mismo tiempo, el Procurador General de la República indicó que solicitaría una reunión para procurar un acuerdo justo.

Es fundamental para nuestro país sentar una postura firme, la comunicación del rechazo de las propuestas realizadas por COVAX es solo el primer paso. Proponer una compensación justa sería el segundo. Y si no hubiese acuerdo, debe recurrirse a la solución establecida en el acuerdo suscrito entre ambas partes, el arbitraje.

Paraguay debe demostrar valentía y determinación al emprender acciones para recuperar el dinero que pagó por vacunas que nunca recibió. Esto debe convertirse en una causa que debe quedar como un testimonio de la perseverancia del país en la búsqueda de justicia a nivel internacional.

Por sobre todo, la nefasta experiencia de Paraguay con COVAX debe servir como una lección importante para todos. No solo las nuevas autoridades, sino que las generaciones que vendrán deben comprender que esto no se ha tratado de un tema menor, ya que en el peor momento vivido por la humanidad en los últimos siglos, nos hemos visto defraudados.

Del mismo modo, las nuevas autoridades deberán dar una respuesta firme y definitiva sobre la cuestión, logrando el recupero del dinero que pertenece a todos los paraguayos, y las generaciones venideras aprenderán que el Paraguay se hace respetar en todos los aspectos, sin importar el contendiente de turno.

Sin duda, aunque la pandemia de a poco va quedando en el olvido, esta y otras cuestiones que deben ser resueltas son secuelas que aun siguen afectando a nuestro país, y que el nuevo gobierno deberá afrontar de manera eficiente, sobrepasando las múltiples barreras dejadas por el anterior gobierno.