Contrabando: enemigo de la producción nacional

El contrabando en Paraguay ha sido una preocupación constante a lo largo de su historia. Este flagelo ha persistido como un problema multifacético que afectó negativamente a la economía, la seguridad y la sociedad en general.

Uno de los aspectos más notorios del contrabando en Paraguay en los últimos años ha sido su impacto económico. El contrabando ha ocasionado la pérdida de miles de millones de dólares en ingresos fiscales para el gobierno paraguayo. Esto tiene un efecto muy adverso en las finanzas públicas y limitando la capacidad del gobierno para invertir en servicios públicos. Aunque puedan parecer materias lejanas, debido al déficit recaudatorio que representa, el contrabando ha afectado indirectamente a los sectores de salud, educación e infraestructura. Además, ha distorsionado la competencia en el mercado interno, perjudicando a los empresarios y comerciantes legales que cumplen con las regulaciones y los impuestos.

La falta de control en las fronteras y la debilidad en la aplicación de la ley han permitido que el contrabando prospere en Paraguay. La porosidad de las fronteras, en particular con Argentina y Brasil, facilita el flujo de productos ilegales, desde productos de la canasta básica hasta electrónicos, pasando por combustibles y medicamentos incluso. La falta de recursos y la corrupción en las fuerzas de seguridad y aduanas también han contribuido a esta problemática. El nuevo gobierno deberá resolver la permeabilidad de nuestras fronteras en defensa de la producción nacional, un aspecto que fue descuidado en el gobierno anterior.

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Otro aspecto preocupante es el impacto del contrabando en la seguridad y la sociedad en general. La economía ilegal que surge del contrabando a menudo está vinculada al crimen organizado y al narcotráfico, tal como se ha demostrado en los últimos años. Múltiples investigaciones revelan cómo se burlan a diario los controles aduaneros. Incluso es vox populi que grandes empresarios están implicados en el contrabando.

El contrabando no solo socava la seguridad de la población, sino que también fomenta la corrupción y debilita las instituciones del Estado. Además, el contrabando alimenta la informalidad laboral y afecta negativamente a los trabajadores y sus derechos.

En este contexto, es imperativo que el nuevo gobierno tome medidas más enérgicas que el anterior para abordar el problema del contrabando. Esto implica fortalecer la vigilancia en las fronteras, mejorar la coordinación entre las agencias de seguridad y aduanas, y aumentar las sanciones para quienes participan en actividades de ingreso ilegal de mercaderías al país. Además, se necesita una mayor cooperación regional para abordar este problema de manera efectiva, ya que el flagelo no se limita a las fronteras de Paraguay.

El contrabando ha sido un problema persistente que se ha agravado durante el último gobierno. La inacción y complicidad de las autoridades han tenido un impacto negativo en la economía, la seguridad y la sociedad en general. Para combatir eficazmente esta problemática, se requiere una acción decidida por parte de todos, la cooperación regional y un enfoque integral que aborde las causas subyacentes del contrabando. Solo de esta manera se podrá proteger la economía legal, fortalecer la seguridad y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos paraguayos.