El gobierno actual admite que no sabe qué hacer con el contrabando, cuya persecución y combate reclamaron este sábado los directivos de la Asociación Rural del Paraguay y la Unión Industrial Paraguaya en la EXPO 2023 que se realiza en la ciudad de Mariano Roque Alonso. Mientras la Expo reclamó «tolerancia cero» con el contrabando, Castiglioni manifestó la impotencia del gobierno al respecto porque «los incentivos son tan grandes desde el punto de vista económico».
El ministro de Industria y Comercio propuso, con ironía, construir una muralla en la frontera con Argentina porque no hay forma de atajar el contrabando. Esto lo dijo, luego del acto de la inauguración oficial de la EXPO. En la gráfica observamos sólo un ejemplo de cómo se hace contrabando a gran escala.
«A mí me gustaría levantar una muralla en la frontera con Argentina, como el señor Trump había propuesto levantar una muralla en la frontera con México, ante la impotencia que tenía por el paso de los inmigrantes ilegales» dijo Luis Castiglioni, ministro de Industria y Comercio, cuando le preguntaron sobre el tema al terminar dicho evento.
Sin embargo, Castiglioni echó la culpa a la Argentina: «Esta lamentable situación de nuestro hermano país que con su política macroeconómica totalmente diferenciadas y descoordinada de nosotros y con crónica situación, nos hace sufrir a los países limítrofes, yo siempre digo esto: la verdad es que me gustaría levantar una muralla en toda la frontera con Argentina porque realmente es muy difícil luchar contra un flagelo cuando los incentivos son tan grandes desde el punto de vista económico», afirmó.
Sin embargo, es normal la flexibilidad del gobierno paraguayo en materia de contrabando en comparación con nuestro países vecinos.
En Paraguay hay flexibilidad en materia de contrabando, proveniente de Brasil o Argentina; mientras lo contrario, estos dos países aprietan con el control. Recientemente, cayó en Brasil siete militares en un operativo llamado «Bom día», porque los uniformados ayudaban a contrabandistas provenientes de Paraguay para pasar sus mercaderías. En Paraguay es normal el contrabando, pero castigados por contrabandistas se conocen poco.
La semana pasada, en un rápido pero seguro golpe al contrabando de combustible, autoridades argentinas de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) requisó más de 80.000 litros que eran trasladados en dos camiones cisterna y pretendían ser comercializados de manera irregular en Paraguay. En contrapartida, en Paraguay se demuestra un pálido movimiento. Foto: frontera seca: Ponta Porá, Brasil – Pedro Juan Caballero, Paraguay.
En el caso de Brasil, siete agentes de la Policía Militar cayeron por colaborar con contrabandistas. La operación se llamó justamente «Bom día» por el hecho de que los policías avisaban a los contrabandistas que día estarán de turno para que puedan operar. La Policía no reveló los nombres de los detenidos, pero informó que ellos fueron detenidos en el Batallón de la Policía Militar Rodoviaria, sobre la ruta MS-134 y en el Batallón 8, en la localidad de Nova Andradina.
La cargas de contrabando iban desde Pedro Juan Caballero, Paraguay, frontera con Ponta Porá, MT, Brasil. La Policía presume que las cargas tenían como destino la ciudad de Sao Paulo, y que los contrabandistas solo usaban la carretera que cruza el Estado de Matto Grosso de Sul. En el caso de Paraguay, hay flexibilidad. En comparación, hay mayor control en los países vecinos que en el nuestro.
Lo mismo ocurre en la frontera con Argentina, donde la Marina realiza muy escaso control y la Dirección de Aduanas también. Hay mayor responsabilidad de los grandes comerciantes. Los controles por los ríos sólo se hacen por temporadas. El contrabando es incesante. Tampoco hay investigación dentro del funcionariado, tanto de la Aduana como de la Marina.
Los resultados siguen siendo mucho menores en nuestro país, comparado con los esfuerzos vistos en Argentina, por la flexibilidad con quienes manejan el contrabando en Paraguay y con aquellas autoridades permisivas que avalan las grandes operaciones.
Autoridades argentinas de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) detuvieron a dos camiones cisternas que transportaban combustibles y al chequear el transporte, hallaron posible fraude tributario. Entonces, detuvieron la carga valuada en 19.500.000 pesos argentinos (312.000.000 millones de guaraníes). Por lo que vemos, no son contrabandistas «hormigas».
Según los intervinientes de AFIP, lo que se interdictó fueron 80.000 litros de combustibles que eran trasladados en dos camiones cisterna y pretendían ser comercializados de manera irregular en Paraguay.
La carga, consistía en 66.000 litros de nafta súper y 15.000 litros de diésel. El operativo fue llevado adelante por agentes de la Dirección General Impositiva (DGI) y de la Dirección General de Aduanas del vecino país sobre la ruta 11.