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viernes, 22 de noviembre de 2024
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De Marito tenemos una opinión, de Peña la forjaremos de lo que haga en Itaipú

Del gobierno que se va, ya sabemos que hizo nada para reivindicar derechos nacionales en la renegociación del Anexo C de Itaipú. Del gobierno entrante se tiene el antecedente de una reunión apurada, sin agenda, entre el presidente electo, Santiago Peña, y el jefe de gobierno de Brasil, Inácio «Lula» Da Silva. En concreto, no se sabe, oficialmente con documento a la vista, qué hará Paraguay para asegurar el uso del 50% de su energía, en tanto, la nación vecina ya muestra la billetera para seguir creciendo con la producción paraguaya.

El Tratado se firmó el 13 de agosto de 1973. El plazo, caduca, fenece dos días antes de que asuma el nuevo gobierno. Oficialmente no se conoce algún borrador que deja Mario Abdo Benitez sobre la renegociación del Anexo C. La sociedad tampoco sabe de un documento elaborado por el nuevo gobernante. El llamado Equipo de Transición hasta ahora opera sólo para la foto que luego llega a la prensa, pero nunca mostró papeles sobre el derecho nacional en la Binacional. Así las cosas, todo indica que Brasil, de nuevo, saldrá con la suya. Eso sería, realmente, doloroso.

Mirando archivos de nuestro diario, de hace 50 años atrás, leemos que en ese tiempo, al menos, había un intento de debate público sobre los puntos que contenía el Tratado de Itaipú. Pese a las advertencia editoriales de La Tribuna, afirmando que se venían años de entrega de Paraguay a Brasil, el acuerdo se firmó para beneficio de los brasileños. Hoy ni siquiera hay una mínima discusión, por lo que es razonable suponer que vienen otros más años de deliberada concesión de los intereses de la República.

No queremos ser pesimistas, pero no podemos dejar de señalar que estamos a días de la renegociación y no existe un plan formal que explique que hará Paraguay al respecto. De la administración de Abdo Benitez ya tenemos una opinión consolidada. De Peña aún no podemos dibujar una idea definida, pues todo es muy prematuro. Sin embargo, no podemos ocultar nuestra preocupación sobre qué hará en el tema Anexo C.

Lo que sabemos del gobierno electo es que hace días conversó con Lula, una hora, en el Palacio de Planalto. Luego Peña habló con la prensa local e informó sobre la entidad binacional. «La propuesta de Paraguay es que la Itaipú sea una fuente de desarrollo del proceso de integración; de inversiones que permitan desarrollar redes eléctricas; que permitan generar oportunidades de empleo, para paraguayos y para brasileños también». Eso fue lo que dijo. Como puede verse sus palabras fueron bien genéricas, asumiendo la carga de sus expresiones en qué hacer, pero sin dar mayores indicios, nada, de cómo se haría.

Esperamos que cincuenta años después no se repita la historia, la de una nueva entrega de la energía paraguaya al Brasil. Mientras acá se desconoce oficialmente la postura nacional, Lula ya tiene planificada y montada la estructura para ampliar nomas la contrapartida en dólares para que su país continúe desarrollándose con los recursos del Paraguay. Ya lo hizo con Lugo, de US$ 120 millones pasó a US$ 360 millones, por lo que está seguro que cargando más la billetera seguirá por años manejando Itaipú a gusto y paladar. De ser así, ya iremos también teniendo una opinión sobre Peña, que sería, realmente, decepcionante.