A más de 24 horas del incendio del depósito del Tribunal Superior de Justicia Electoral cada vez surgen más cuestionamientos hacia las autoridades de la institución.
Cuando los bomberos todavía no controlaban el fuego y había un funcionario desaparecido, el presidente del TSJE, Jaime Bestard ya estaba hablando de un posible desdoblamiento de las elecciones. Este apresuramiento, antes que dar tranquilidad a la población, contribuyó a aumentar las sospechas, en una sociedad ya descreída de sus autoridades e instituciones.
Poco después de desatarse el incendio se supo que la Municipalidad de Asunción no contaba con los documentos sobre planos relacionados con la prevención de incendios. En junio de 2021 habrían notificado al TSJE para actualizar los datos sobre el sistema, pero no tuvieron respuestas.
Funcionarios municipales señalaron que al realizar los controles en la Comuna habían detectado que la obra de edificación del depósito ni siquiera fue autorizada por la Municipalidad de Asunción y, por ende, tampoco tenía un sistema de prevención aprobado.
De todas formas, ni la municipalidad, ni las autoridades del TSJE priorizaron este aspecto, a pesar de que la institución es clave para la democracia y para el funcionamiento de la República.
Una publicación en la red social Twitter del periodista Héctor Alegre, destaca que la licitación para la remodelación habría sido adjudicada en solo 18 días a la empresa Metalúrgica Vera SRL, y que según el portal de la Dirección de Contrataciones Públicas sólo existe el acta de inicio de obras y no se encuentra el acta de recepción final de obras.
“En resumen cientos de personas hacían oficinas o acudían a unas instalaciones que en realidad no habían sido habilitadas para su funcionamiento, desconociéndose cuáles fueron los trabajos de certificación de seguridad o si realmente se hicieron”, sostiene el periodista.
Luego de las desafortunadas declaraciones de Bestard casi todos los representantes de partidos y movimientos políticos se pronunciaron en contra del posible desdoblamiento de las elecciones.
Finalmente, los funcionarios y ministros del TSJE se desdijeron e insistieron que las elecciones internas de los partidos no sufrirán modificaciones. Se realizarán el 18 de diciembre y con las urnas electrónicas, tal como estaba programado.
Sin embargo, se dice que se cumplirán los plazos, pero no se dice cómo. Una vez más dejando a la ciudadanía con una serie de preguntas.
Lo que deja en evidencia el siniestro del TSJE es la improvisación, la irresponsabilidad y la ineficiencia de quienes tienen a su cargo el manejo de las instituciones de la República. Ni siquiera pudieron coordinar una versión oficial de los hechos. Cada funcionario a su turno fue dando una versión de lo acontecido, generando más duda y confusión en la opinión pública.
El incendio se cobró la vida de un funcionario. Una familia paraguaya llora la pérdida de uno de sus miembros y la sociedad reclama saber qué fue lo que realmente pasó. ¿Fue un accidente? o ¿se trató de un sabotaje?
Los fiscales investigadores iniciaron el trabajo y los primeros informes tampoco brindaron mucha claridad, ofreciendo varios datos contradictorios.
Lo único cierto a estas alturas, las chambonadas de los responsables del TSJE arrojó un enorme manto de dudas sobre el futuro de la democracia en el país, poniendo también en duda la credibilidad de las próximas elecciones que definirán el futuro de la república y la legitimidad de las autoridades, que saldrán electa. Hecho de tamaña gravedad no debe quedar impune.