Su último informe fue casi igual que los cuatro anteriores. Pintó el país de color de rosa. Con el agregado que en ésta oportunidad evitó poner la cara de manera presencial en el Congreso, que al ser instancia que representa al pueblo, se puede decir que ignoró a la ciudadanía. Encima eludió todo comentario al tema actual, como es la crisis que envuelve al Banco Central del Paraguay.
Hablamos de Mario Abdo Benitez. Su informe no encaró de manera a una rendición de cuentas, que al no hacerlo él, ya queda eso a instancias de fiscales y jueces. Estará aún 45 días en el Palacio de Gobierno, aunque ya como el pato rengo. Hasta sus más cercanos aduladores irán dejandole en la fría soledad.
Por su cercanía y gravedad, el tema que merecía una reflexión de Abdo Benítez es el affaire que afecta al Banco Central del Paraguay y la Superintendencia de Bancos. Se supone que era un punto a tocar, al involucrar, nada menos, que la estabilidad financiera del país. Cómo ya algunos presumían, absolutamente nada dijo al respecto.
De hecho, José Cantero Sienra y Hernán Colmán cuentan con la proteccion del Poder Ejecutivo. Lastimosamente para ambos ese blindaje se termina el próximo 15 de agosto. Pues con la ida de Marito, la remoción de los dos es como la crónica de una muerte anunciada. Al menos que haya algo de dignidad y renuncien antes de esa fecha, en bien de la imagen de la banca nacional.
Cantero Sienra está acusado de convertirse en juez y parte en un sumario, siendo presidente del Banco Central del Paraguay. Un hecho que terminó castigando a la empresa investigada con la llamativa exclusión de los años en qué Cantero Sienra fue gerente general de la misma firma financiera privada. Colmán y otros están sindicados como cómplices en el manejo arbitrario del poder y la información privilegiada.
El silencio presidencial es solo parte del libreto que cumplen Cantero Sienra y Colmán. Ellos nunca dieron una respuesta a la prensa sobre las denuncias que pesan sobre ellos, ni siquiera a sus voceros mediáticos. Se espera que sí respondan al pedido de informe de la Contraloría General de la República y a la solicitud de aclaración que reclamaron dos organizaciones sindicales que agrupan a funcionarios bancarios.
Por de pronto, se tiene un informe presidencial que no tuvo en su presupuesto el escándalo del BCP y el silencio sepulcral de Cantero Sienra y Colmán. Sin embargo, sólo es cuestión de días para que la verdad y la justicia deslinden responsabilidad, tal como amerita un Estado de Derecho.
