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lunes, 21 de abril de 2025
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Un legado de compasión, alegría y valentía pastoral, según Edmundo Valenzuela

El fallecimiento del Papa Francisco abrió un espacio de reflexión profunda entre quienes lo conocieron de cerca, y entre ellos se alzó con especial nitidez la voz del arzobispo emérito de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela.

En contacto con la 680 AM, quien ofreció un testimonio conmovedor sobre el pontífice argentino, trazando los rasgos más humanos y pastorales de un líder religioso que marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia contemporánea.

La santidad del Papa Francisco

Monseñor Valenzuela, destacó en primer lugar la santidad de un hombre enfermo que no claudicó ante el sufrimiento.

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Recordó con emoción el último gesto público del Papa Francisco, la bendición Urbi et Orbi del Domingo de Pascua, que dio visiblemente debilitado, con dificultad para respirar, pero con una convicción inquebrantable. A pesar de las advertencias médicas, el pontífice insistió en despedirse del pueblo de Roma.

“Es el Papa, él decide”, afirmaron los médicos, resignados ante su voluntad profética. Fue un acto heroico, según el monseñor, que resumió en ese instante la valentía de un pastor que quiso permanecer al lado de su rebaño hasta el final.

El Fallecimiento del Papa y su legado de transformación

El segundo legado señalado por Valenzuela tuvo que ver con la transformación doctrinal y pastoral impulsada por Francisco, que tuvo su piedra angular en Evangelii Gaudium, el documento que consolidó su visión eclesial.

A través de esta exhortación, el Papa insistió en que la vida cristiana debía estar impregnada de alegría, no como una emoción superficial, sino como una expresión vital del encuentro con el Evangelio.

Desde ese espíritu nacieron otras cartas fundamentales como Laudato Si’, donde llamó al cuidado de la creación, y Fratelli Tutti, donde defendió la fraternidad universal más allá de las diferencias.

En su análisis, el prelado paraguayo subrayó también el impacto directo del Papa en Paraguay.

La visita al Paraguay

Recordó la visita de 2015 como un estallido de júbilo, tres días de fervor, oración y comunión nacional que permanecerán imborrables en la memoria colectiva. Agradeció la elección de un papa latinoamericano, vecino cercano, que entendió el alma paraguaya. Fue, según sus palabras, un gesto de cercanía que reforzó la identidad del país en el mapa espiritual de la Iglesia.

Otro momento emotivo de su relato surgió cuando habló de los últimos nombramientos episcopales firmados por Francisco, incluso desde su lecho de enfermedad. Monseñor Valenzuela reveló que, pese a su estado crítico, el pontífice quiso dejar al Paraguay con pastores designados para tres diócesis, entre ellas la nueva de Caazapá. Para él, fue un acto de amor hacia una Iglesia que el Papa “nos amó tanto”, como repitió conmovido.

Ante la pregunta que si ese liderazgo había motivado el regreso de fieles alejados de la Iglesia. Valenzuela respondió con cautela, destacando que la cercanía de un Papa depende mucho del carisma personal, aunque reconoció que la figura de Francisco, por su estilo directo, sencillo y espontáneo, despertó una conexión emocional que permitió a muchos redescubrir la fe.

Señaló también que el Papa abrazó a los marginados, visitó cárceles, habló con franqueza a los más vulnerables y se identificó con ellos en cuerpo y alma.

No hay muchas diferencias, yo también podría estar con ustedes”, dijo en una de sus visitas carcelarias, expresando una compasión sin distancias.

Aportes teológicos de Francisco

Finalmente, monseñor Valenzuela ponderó el aporte teológico más profundo del pontífice, que situó en el regreso a la “alegría del Evangelio” y en la concepción sinodal de la Iglesia, entendida como un cuerpo en camino conjunto hacia la evangelización. Destacó cómo el Papa retomó el Concilio Vaticano II y lo reavivó con una práctica eclesial abierta, participativa y misionera. con el fallecimiento del Papa se pierde una gran persona.

Valenzuela cerró la entrevista con un mensaje de gratitud, evocando el afecto especial del Papa por el Paraguay, su gusto por la chipa, el mate y las costumbres del pueblo. “Que Dios le conceda el abrazo grandioso del Padre en el cielo”, expresó con emoción contenida.

Su testimonio, triste por el fallecimiento del papa, retrató no solo al sumo pontífice, sino al ser humano que caminó entre los pobres, habló con verdad, amó sin condiciones y partió con el corazón encendido de fe.

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