La reciente decisión de los Estados Unidos de imponer aranceles a productos importados, incluido un 10% sobre los provenientes de Paraguay, reconfiguró el escenario económico internacional. Óscar Orué, director de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), sostuvo que la medida tiene una raíz proteccionista clara y recordó que el objetivo de Washington es revitalizar su industria nacional y recuperar empleos desplazados a lo largo de décadas.
En conversación con la 1020 AM, Orué situó esta política dentro del marco de decisiones similares implementadas entre las décadas del 60 y el 90, en abierta contradicción con la doctrina aperturista que ha promovido en los últimos años la Organización Mundial del Comercio.
Así se sentirán los aranceles de Estados Unidos en Paraguay
Si bien, Orué descartó un efecto negativo inmediato para Paraguay. Estos aranceles de Estados Unidos a Paraguay de aproximadamente el 10% fue calificado como manejable, y el funcionario incluso identificó una oportunidad estratégica para el país.
Paraguay, podría volverse un destino más atractivo para la instalación de industrias extranjeras que busquen eludir las tarifas más elevadas impuestas a otras economías, especialmente a China, que enfrenta aranceles del 125%. Este nuevo equilibrio podría abrir una fase de relocalización de inversiones industriales, reorientando la dinámica regional hacia países con regímenes fiscales más amigables.
Desde esta óptica, Orué proyectó un impulso a la atracción de capitales internacionales, en un contexto que, a escala global, podría provocar inflación, reducción del PIB y restricciones en el comercio transfronterizo. Pero para Paraguay, la coyuntura contiene elementos favorables, especialmente para el agroalimentario, que ya celebra el acceso formal de la carne nacional al mercado estadounidense.
La habilitación abrió una etapa nueva en las exportaciones paraguayas y consolidó el posicionamiento del país como proveedor confiable de alimentos, reforzando de paso las redes logísticas regionales.
En cuanto al comercio digital, Orué advirtió que el encarecimiento será ineludible. La política arancelaria estadounidense repercutirá en los hábitos de consumo global, en especial en el comercio electrónico, cuyos costos subirán a medida que se generalicen las restricciones.
Sobre el conflicto comercial entre EE.UU. y China, el director consideró que la escalada de aranceles desatará reajustes en la oferta internacional, afectando las cadenas de suministro y encareciendo productos de alto consumo.
Ya se sienten los primeros efectos en la caída de las bolsas internacionales y una inflación transversal en distintas economías.
Mejora a nivel local
En el ámbito doméstico, Orué confirmó que la DNIT cerró el primer trimestre del año con un aumento del 10,5% en la recaudación tributaria, lo que equivale a más de 100 millones de dólares adicionales. Este crecimiento no obedeció a subas de impuestos, sino a una mayor eficiencia en los controles y la lucha contra la evasión fiscal. En paralelo, reconoció que el contrabando persiste, con epicentro en la frontera con Argentina, producto de la disparidad de precios entre ambos países. Las operaciones de incautación siguen activas, en especial en rubros sensibles como productos sanitarios y alimenticios.
Consultado sobre un eventual tratado de libre comercio entre el Mercosur y los Estados Unidos, Orué señaló que la renegociación del esquema comercial no está descartada. Si bien evitó pronunciarse oficialmente, mencionó que Paraguay participa activamente en las mesas técnicas del bloque y mantiene una postura receptiva ante cualquier posibilidad de acercamiento con otras potencias económicas. Su equipo técnico, aseguró, estará disponible para colaborar en la próxima reunión de cancilleres del Mercosur, en la que se debatirá el impacto regional de las medidas adoptadas por Estados Unidos.
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Valdovinos fue cauto sobre los aranceles de Estados Unidos
Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, coincidió en que aún no es posible emitir un juicio definitivo sobre el alcance de los aranceles.
Según explicó a la misma emisora, la administración norteamericana se ha mostrado volátil en su accionar, lo que dificulta la previsión de un impacto concreto. Sin embargo, reiteró que Paraguay cuenta con una estructura económica ordenada y abierta que lo posiciona favorablemente frente a economías más inestables.
Valdovinos recordó que los aranceles de Estados Unidos a Paraguay comenzaron en un 10% para productos paraguayos y escalaron en medio de una respuesta china y las represalias de la administración de Donald Trump.
Aunque se concedió una prórroga de 90 días para algunos países, China quedó excluida. Por eso, advirtió que proyectar consecuencias es difícil sin conocer cuál será la política final de Estados Unidos.
El ministro subrayó que Paraguay seguirá apostando por su inserción global, destacando que el país importa más de lo que exporta al mercado norteamericano, argumento que fortalece la posición nacional en las conversaciones bilaterales.
Desde esa perspectiva, sostuvo que la guerra comercial entre Estados Unidos y China puede abrir una oportunidad para América Latina.
Si se identifican los espacios que dejan vacíos ambos gigantes, Paraguay puede ocupar nichos estratégicos. Como ejemplo, citó la carne nacional, ya insertada en el mercado estadounidense con un sello de calidad que permite sostener su presencia incluso con la tarifa impuesta.
También mencionó nuevas negociaciones con Japón y Corea, encaminadas a consolidar el prestigio logrado por el sector cárnico.
Las estrategias a nivel nacional
La estrategia del gobierno se orientará a estudiar qué productos nacionales pueden posicionarse en el mercado estadounidense ahora que los bienes chinos enfrentan aranceles superiores al 25%. El objetivo será ofrecer productos paraguayos como alternativas competitivas, siguiendo el modelo aplicado con Brasil, donde los artículos fabricados en Paraguay reemplazaron importaciones chinas, no por cuestiones fiscales, sino por ventajas logísticas.
Al concluir, Valdovinos reiteró que Paraguay sigue negociando con Estados Unidos, insistiendo en que el país no es responsable del déficit comercial de la potencia norteamericana.
El arancel aún no está firme, y su eliminación forma parte de la agenda diplomática. En un contexto todavía incierto, el gobierno mantiene firme su política de resguardar los sectores productivos ya posicionados en mercados exigentes como el norteamericano.
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