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viernes, 22 de noviembre de 2024
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Recuperar la grandeza del algodón: Un desafío para el gobierno de Santiago Peña

La población humana en el mundo al 9 de junio de 2023 es de 8.037 millones. Nacen al día un promedio de 250.000 personas. Las necesidades básicas de la humanidad son tres: alimento, techo y ropa. El algodón responde a una de esas tres principales necesidades.

El algodón pertenece al género Gossypium. Es una malvácea. Los indígenas guaraníes lo utilizaban a partir del algodón arbóreo, un árbol pequeño que produce de manera continua. Los guaraníes lo tejían desde tiempos anteriores a la llegada de los españoles, por eso le dieron el nombre de «mandyju» en guaraní. Si no fuera originario, no hubiera tenido un nombre auténticamente guaraní.

Los paraguayos siempre han sabido plantar y producir tejidos a partir de la fibra de algodón. En el pasado, todas las casas tenían telares (hablamos de tiempos de la colonia, Francia y los López). En todas las casas se confeccionaban prendas de vestir para niños, hombres y mujeres. Por lo tanto, la relación del paraguayo con el algodón es ancestral.

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Hubo un tiempo en el que funcionó de manera excelente el Programa Nacional del Algodón, que contaba con:

  1. Semillas propias (Reba B-50 y Reba B-279) con las que ganó el reconocimiento del mercado internacional, especialmente el de Liverpool, que hasta hoy influye en el negocio textil mundial.
  2. Asistencia técnica a través del Servicio de Extensión Agrícola, que contaba con un gran número de extensionistas que orientaban a unas 137.000 familias campesinas involucradas en su cultivo.
  3. Asistencia financiera del Banco Nacional de Fomento (BNF) y del Crédito Agrícola de Habilitación (CAH), en coordinación con el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
  4. Red de acopio, que incluía grandes depósitos de desmotadoras y su subred de almacenistas que atendían directamente a los agricultores para el acopio correspondiente. También funcionaba de manera eficiente.
  5. Transporte: nunca hubo quejas sobre la disponibilidad de transporte, excepto para la recepción de las cargas. Las desmotadoras trabajaban las 24 horas. Sus problemas eran positivos, relacionados con el crecimiento.

Sin embargo, en esta era democrática, el plan algodonero fue decayendo. Algunas de las razones son:

  1. Desinterés del gobierno.
  2. Importación de semillas de la variedad Delta Pine de Estados Unidos, las cuales resultaron “pasadas” sin poder germinativo. El sector privado importó estas semillas y engañó a los agricultores.
  3. El picudo: su ataque no fue controlado a tiempo, al contrario, se aprovechó la emergencia para importar cualquier agroquímico sin efectos sobre el picudo, que luego se vendieron a los agricultores. Esto se llama estafa.
  4. Importación de semillas no certificadas de contrabando. Los agricultores continuaron sembrando a pesar de las desventajas, obteniendo una cosecha escasa y User de poco valor en el mercado internacional.
  5. Las desmotadoras fueron desmanteladas y vendidas, en algunos casos, a empresarios de Bolivia y/o Argentina. De las aproximadamente 40 desmotadoras que funcionaban a plena capacidad, quedaron apenas unas pocas, ni siquiera cinco. Una de ellas es la de Pilar, y otra pertenece a los menonitas en el Chaco.

En nuestra página, se publica una luz de esperanza para el retorno del algodón, cuya situación actual es la siguiente:

  • En el Chaco, la siembra está creciendo de forma exponencial. Todo el trabajo de campo se realiza de manera mecanizada. Para la próxima temporada algodonera, que comienza en agosto, se espera cubrir 50.000 hectáreas en el Chaco Central.
  • En la región Oriental, hay muy poca siembra en comparación con la época de mayor auge, cuando se alcanzaron las 550.000 hectáreas y se generaron alrededor de 400.000.000 de dólares por exportación.
  • No existe una política de producción algodonera en el Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Ante la situación actual y para convertir en realidad lo proyectado, es necesario tomar algunas medidas:

  • La tierra agrícola de la región Oriental necesita mejoras, lo cual es posible con la intervención de los laboratorios de análisis de suelo que ya existen en Paraguay.
  • Hay expertos técnicos capacitados en el cultivo del algodón que actualmente se encuentran desempleados.
  • Existe una clase de agricultores con conocimientos sobre el cultivo de algodón.
  • El algodón es un cultivo que genera ingresos en efectivo para las familias de los agricultores y representa una opción segura en el campo.
  • Hay industrias interesadas en comprar la cosecha de algodón, y actualmente están realizando compras.
  • Hay tierras ociosas en manos de pequeños agricultores que, desde que abandonaron el cultivo de algodón hace 20 años, no se han utilizado para ningún otro rubro.
  • Agricultores, industriales, cooperativistas, técnicos, gobierno y políticos deben reunirse y decidir sobre la reactivación, que es posible, necesaria y oportuna.

La humanidad seguirá comprando vestidos, blusas, pantalones y camisas. Los campesinos paraguayos tienen un amplio conocimiento sobre el algodón y son expertos en este campo. Por lo tanto, se espera que el nuevo Gobierno proyecte nuevamente un plan nacional del algodón, para lo cual precisa de un ministro de Agricultura que conozca el campo.