San Ignacio Guazú se alista para una nueva edición del Viernes Santo en Tañarandy, un evento que combina arte, fe y tradición. Este año, la celebración adquiere un significado especial tras el fallecimiento de Koki Ruiz, creador e impulsor de la tradicional procesión.
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El origen de la celebración en Tañarandy
La tradición en Tañarandy–Tierra de los irreductibles se originó en 1992 en San Ignacio, Misiones, una ciudad ubicada a 224 km de Asunción, allí cada Viernes Santo, miles de personas participan en la procesión de la Virgen Dolorosa a lo largo del «Yvaga Rapé» o «Camino del Cielo«.
Durante el recorrido, iluminado por candiles, los estacioneros entonan cantos tradicionales mientras los feligreses avanzan hasta «La Barraca», donde se encuentra el Cristo Mutilado.
Esta celebración se convirtió en una de las expresiones de fe más impactantes del país, atrayendo a visitantes de Paraguay y del extranjero.
La primera Semana Santa sin Koki Ruiz
En una entrevista para La Tribuna, Macarena Ruiz, hija del fallecido artista, explicó que la organización del evento ahora está en manos de la familia.
«Nosotros empezamos hace dos semanas con los trabajos. Es un año diferente, estamos aprendiendo muchas cosas», afirmó. Junto a sus hermanos Julián y Almudena, asumen el desafío de continuar con el legado de su padre.
La procesión de la Virgen Dolorosa mantendrá su estructura tradicional, con luminarias a lo largo del camino y el canto de los estacioneros.
Sin embargo, este año se busca incorporar una exposición de obras religiosas de Koki Ruiz. «Queremos mostrar algunas de sus creaciones con temática religiosa. Ojalá podamos llegar con eso y que el clima nos acompañe», detalló Macarena Ruiz.
Otra de las actividades preparadas es la representación de cuadros vivientes con actores que recrearán pasajes religiosos.
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Preparativos y expectativa en la comunidad
La comunidad de Tañarandy se moviliza para mantener viva la tradición. Durante las semanas previas, los pobladores preparan las luminarias con frutos de apepú, grasa animal y pavilo.
La primera edición sin Koki Ruiz será un tributo a su legado. Sus hijos y la comunidad de Tañarandy buscan honrar su memoria con una celebración que combine tradición y nuevas expresiones artísticas.
«Lo más importante sigue siendo la procesión. Pero también queremos darle un espacio a su obra», concluyó Macarena Ruiz, asegurando que cada detalle mantenga la esencia de esta celebración.
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