El Papa Francisco se encuentra en estado crítico, con pronóstico reservado, según la información de último momento divulgada por la Sala de Prensa de la Santa Sede.
«Las condiciones del Santo Padre continúan siendo críticas; por lo tanto, como se explicó ayer, el Papa no está fuera de peligro», dice una parte del informe.
«Esta mañana, el Papa Francisco presentó una crisis respiratoria asmática de duración prolongada, lo que requirió la aplicación de oxígeno a alto flujo», agrega.
«Los análisis de sangre realizados hoy también han evidenciado trombocitopenia, asociada a una anemia, lo que hizo necesaria la administración de transfusiones de sangre», dice el informe.
«El Santo Padre sigue consciente y vigilante y ha pasado el día en un sillón, aunque con mayor sufrimiento que ayer», indica.
«Por el momento, el pronóstico se mantiene reservado», dice el informe oficial del Vaticano.
Alerta mundial: comunicado anterior
En un comunicado anterior, la Santa Sede decía que la salud del Papa está mejor, pero ya advertía que no está fuera de peligro.
«El Papa ha descansado bien», es la comunicación de la Oficina de Prensa de la Santa Sede el sábado 22 de febrero por la mañana a través de su canal de Telegram.
Recuerda que el profesor Sergio Alfieri y el doctor Luigi Carbone ofrecieron una conferencia de prensa el viernes 21 de febrero por la tarde, una semana después de la hospitalización del Papa.
Alerta mundial: se internó el 14
Atendido inicialmente en Casa Santa Marta, el Papa fue trasladado el viernes 14 de febrero para recibir una atención médica más adecuada, por consejo del doctor Luigi Carbone, médico de consulta del Santo Padre.
«Ahora está mucho mejor», aseguraron los dos médicos. «No está en peligro de muerte», insistieron, añadiendo que «su corazón está perfecto».
Sin embargo, «no está fuera de peligro» y permanecerá en el hospital Gemelli «al menos durante la próxima semana», para continuar el tratamiento de su neumonía bilateral.
Hace un tratamiento muy complejo
Los pulmones de Francisco, víctimas de una «infección polimicrobiana», están obstruidos por «virus y bacterias», lo que hace que el tratamiento sea más complejo y requiera cuidados especiales.
Al Papa, un «frágil paciente de 88 años», se le ha recetado un amplio tratamiento farmacológico, y es plenamente consciente de su fragilidad, como él mismo dijo a los médicos.
Francisco es un hombre que no escatima esfuerzos, que trabaja mucho y cuya hospitalización es casi la única forma de obligarle a descansar.
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