Los incendios forestales ya arrasaron con más de 70.000 hectáreas en diversas regiones del país, según dijo el capitán Christian Vázquez, jefe de los bomberos voluntarios.
Este panorama mantiene en alerta a las autoridades y a los equipos de bomberos, quienes enfrentan una lucha agotadora contra las llamas que no cesan de propagarse con focos aleatorios.
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Dimensión de los incendios
Por lo informado a la 1020 AM, las zonas más afectadas incluyen Puerto José Falcón, Ypacaraí, Caacupé, Concepción y Vaquería, además de Quiindy, donde los incendios avanzaron con rapidez, agravando la situación.
La magnitud de las áreas afectadas comenzaron a evidenciar un daño ambiental sin precedentes, que impacta severamente a los ecosistemas locales.
“La quema de estas 70.000 hectáreas representa un daño impresionante para todo el ecosistema de cada región afectada”, destacó Vázquez.
Además, el capitán advirtió que, si las lluvias no llegan a las zonas incendiadas, el fuego podría reactivarse y continuar expandiéndose hacia nuevos distritos debido a la sequía que se viven en diferentes partes del territorio nacional.
El combate a las llamas
Uno de los mayores problemas señalados por Vázquez es la limitación de recursos humanos en momentos críticos. Los incendios suelen activarse durante horarios laborales, cuando muchos bomberos voluntarios están en sus trabajos habituales. Esto retrasa la capacidad de respuesta y deja focos activos hasta altas horas de la madrugada.
El cansancio acumulado también complica el panorama.
“El personal está agotado y la situación es complicada realmente. Ojalá que tengamos lluvias importantes para aliviar esta crisis”, subrayó el capitán, reflejando la preocupación por las condiciones extremas que enfrentan los bomberos en su labor.
Impacto ambiental
El impacto ambiental de esta tragedia desnuda la fragilidad de los ecosistemas ante eventos de esta magnitud. La necesidad de lluvias es apremiante para evitar que el desastre se agrave.
Mientras los bomberos continúan su ardua labor, el país aumenta su preocupación sobre la posibilidad de que las llamas sigan devastando grandes extensiones de territorio. Esto se evidenció el fin de semana, con un foco en el área protegida del Banco San Miguel, en las puertas del centro de Asunción.