Marruecos, comparado con su vecino Argelia, no tiene petróleo ni gas. Su desarrollo económico y social basa en la planificación y el trabajo. Su prioridad hoy es atender a su población en un ambiente de paz y pluralidad política y diría hasta religiosa.
Casi todo es homogéneo en Marruecos. Recorriendo sus grandes ciudades se percibe mucho progreso en infraestructura. Rabat es la capital del Reino, donde están las sedes diplomáticas y la embajada paraguaya que lidera Víctor Hugo Paniagua. Casablanca es la ciudad más grande y poblada. Fez es considerada la tercera ciudad. Marrakech y Tanger también tienen lo suyo en belleza y desarrollo, solo por citar a los urbanos los más grandes.
Las ciudades que están al sur tienen sus características propias. Estuve en Agadir y compartí con su amable gente. En su momento camine por las calles de El Aaiún-Saguía el-Hamra y en esta cuarta visita, por segunda vez, llegué a Dajla. Tanto en lo que llamo, ciudades urbanas o rurales (por dar un nombre) no paran la intensa actividad laboral.
La palabra trabajo define el progreso de Marruecos. Eso es más valorado cuando se sabe, no es como Argelia, que es productor de petróleo crudo y gas natural en África y ha sido miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Ante la carencia del petróleo y gas, la política de Estado de Marruecos es el ingenio para explotar la agricultura, la pesca, la industria y el comercio.
En el sector primario, la agricultura sigue siendo fundamental para su economía, contribuyendo significativamente al PIB y proporcionando empleo a una gran parte de la ciudadanía. Y estamos hablando de un país con escases de agua y terrenos desérticos. Pese a la posible adversidad, logró cifras impresionantes en la producción de cultivos como trigo, cebada, tomates y aceitunas, entre otros productos.
La ganadería y la pesca también desempeñan un papel importante. De hecho, Marruecos se destaca como el primer país en producción de pescado de toda África. En Dajla recorrimos las enormes industrias del pescado y de los enlatados en sardinas.
También el sector secundario floreció en los últimos años, especialmente en industrias como la fabricación de vehículos y la industria farmacéutica. El Reino es actualmente un exportador de automoviles, sacando provecho a su calidad industrial y ubicación estratégica entre Europa y África.
Así como en Paraguay, su industria farmacéutica experimentó un crecimiento notable, emergiendo como uno de los principales productores de medicamentos en África para otros países. También es un enorme productor de fosfatos, tan necesario para revitalizar las tierras agrícolas.
En el sector terciario, el turismo es una fuerza crucial para la economía marroquí, generando ingresos significativos y empleos en áreas como la hostelería, el transporte y los servicios relacionados. Acá hay visitantes de todo el mundo. El sector terciario también incluye servicios como tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la expansión de servicios digitales en sectores como la banca, el comercio electrónico y la educación en línea.
En conclusión, ante la falta de petróleo y gas, Marruecos aprovecha todo lo que tiene con ingenio, trabajo perseverante y la debida planificación buscando beneficios y calidad de vida para su gente. Hechos que merecen ser destacados en un continente donde aún hay estados fallidos y países que con recursos naturales propios no salen de la situación paupérrima.
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Por Ignacio Martínez
