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lunes, 13 de enero de 2025
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13 de enero de 1947: El regreso de Partido Colorado

El 13 de enero de 1947, el general Higinio Morínigo ejecutó un autogolpe que restableció al Partido Colorado en el poder tras 43 años de exclusión. Este evento no solo transformó el panorama político del país, sino que también delineó el futuro de las relaciones entre las fuerzas militares y los partidos políticos.

El general Higinio Morínigo, desde el inicio de su mandato en 1940, se sustentó en sus camaradas militares, entre quienes se encontraban adherentes del fascismo.

Los civiles que lo rodearon fueron, en primer lugar, los denominados “apolíticos – católicos”, tiempistas (no tenían representación partidaria) y los franquistas (por el coronel Rafael Franco). Más tarde, los colorados del ala más radical, encabezados por Juan Natalicio González, llamados “guiones rojos”.

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En 1945, llegó la victoria aliada a Europa y con eso comenzó la presión estadounidense para la apertura democrática. El 24 de julio de 1946, empezó la llamada “Primavera Democrática”, donde se impuso un gobierno de coalición de colorados, franquistas y militares.

Fueron excluidos los liberales y comunistas, aunque pudieron realizar sus actividades políticas sin impedimento.

Así, pudo regresar al país gran cantidad de exiliados, además del respeto a la libertad de prensa y otras garantías individuales. Las calles se llenaron de manifestaciones, huelgas, discursos y también encontronazos.

Era el inicio de un proyecto que buscaba una Convención Nacional Constituyente, que fue fijada para diciembre de 1947. El nuevo gabinete estuvo conformado por dos militares, tres colorados y tres franquistas.

Rápidamente, el gobierno de coalición mostró sus fisuras, pues ambas nucleaciones ambicionaban la totalidad del poder. No obstante, la actitud ante la situación se manejó de manera diferente en ambas carpas.

División en el gabinete

Los franquistas potenciaron su división, la que se notó en el mismo gabinete. Los colorados, a pesar de la diferencia entre “demócratas” y “guiones rojos”, sumaron refuerzos importantes de ex opositores. Los republicanos, además, buscaron consolidar su posición con su considerable masa popular.

El 7 de setiembre de 1946, miles de colorados tomaron el centro de Asunción y marcharon hasta las plazas del Cabildo, bajo la atenta mirada de un emocionado Higinio Morínigo.

Si los franquistas tenían a Rafael Franco y los liberales la memoria de José Félix Estigarribia, los colorados se sustentaban en el discurso nacionalista y sus propagandistas así lo vendieron: “el partido de la nación paraguaya era el Partido Colorado”.

El 5 de diciembre de 1946, representantes del ejército nacional presentaron a Morínigo un escrito instando a la pacificación y reivindicando el rol de las Fuerzas Armadas, como garante de la normalización de la república.

Este mensaje no agradó al presidente de la república, quien casi siempre supo ubicarse del lado ganador.

A fines de ese mes, Franco se reunió con el ministro del Interior, Amancio Pampliega, y le pidió que saque a los colorados y a los franquistas del poder, de tal manera a que los militares renueven el gobierno. Pampliega prefirió mantener la situación.

La tensión era patente. Las disputas entre los franquistas y los colorados llegaron a su punto más álgido en enero de 1947, por la creación de un noveno ministerio, el de Trabajo y Previsión, que tendría un peso importante en los sindicatos.

Morínigo eligió a los colorados.

El 10 de enero de 1947, los franquistas decidieron abandonar el gobierno y propusieron que se reorganice el gabinete para que las fuerzas militares gobiernen solas y llamen a elecciones. Esta posición tenía el apoyo mayoritario de los comandantes.

El 11 de enero de 1947, durante el cumpleaños de Morínigo, reunidos todos los comandantes militares en la casa presidencial, decidieron establecer un gabinete exclusivamente militar, con el acompañamiento de dos civiles, que debían ser elegidos por el primer mandatario.

También, por mayoría de los doce jefes militares presentes, se decidió excluir al Partido Colorado del gobierno. Solo votaron a favor Enrique Jiménez y Emilio Díaz de Vivar. Incluso, el comandante de la Artillería, Alfredo Stroessner, votó en contra de los colorados.

Al otro día, Morínigo fue a visitar a Jiménez en la Caballería y todo cambió de rumbo. Esa misma noche, se desplazaron unidades de la caballería y efectivos de la Policía, comandadas por Rogelio Benítez (también colorado), para el centro y la periferia de Asunción. El general Machuca Vargas, Amancio Pampliega y otros oficiales institucionalistas fueron arrestados.

El 13 de enero

El 13 de enero de 1947, con un autogolpe, Morínigo aseguró la vuelta del Partido Colorado al poder después de 43 años. El presidente dio a conocer su nuevo gabinete, integrado por cuatro colorados y cuatro militares.

Votación del 11 de enero de 1947

Los que votaron para que el Partido Colorado abandonara el gobierno y se formara uno de carácter netamente militar fueron: los generales Juan Vicente Machuca, José Atilio Migone, Francisco Andino, Manuel Contreras y Manuel Rodríguez, los coroneles Julio R. Cartes y Juan Ibarrola, el capitán de navío Sindulfo Gill, y el teniente coronel Alfredo Stroessner.

Los que votaron para que el Partido Colorado continuara en el poder: el coronel Emilio Díaz de Vivar y el teniente coronel Enrique Jiménez. Se abstuvo de votar, el general Amancio Pampliega.

El conspirador

Enrique Jiménez, héroe de la Guerra del Chaco. Su ascendencia empezó desde su puesto en la Caballería. Durante los sucesos de enero de 1947, el teniente coronel Jiménez ya era comandante de la I División de Caballería. En la reunión, durante el cumpleaños de Higinio Morínigo, el 11 de enero de aquel año, Jiménez era el menos antiguo de todos, por lo que tuvo que hablar primero entre los doce oficiales presentes.

El teniente coronel apoyó decididamente el cogobierno entre militares y colorados. Cuando perdió en la votación, esperó que se retiren todos los demás oficiales y se volvió a reunir con Morínigo para gestar el autogolpe que llevó a los colorados nuevamente al poder.

Durante la revolución de 1947, condujo a las tropas gubernistas en Asunción. A pesar de su destacada actuación, al año siguiente tuvo que ir al exilio, sin poder llegar al rango de general.

Volvió en 1955, volcándose a la actividad partidaria hasta 1963, cuando fue enviado nuevamente al exilio por pertenecer al Movimiento Popular Colorado (MOPOCO), sector opositor al gobierno de Alfredo Stroessner.

En Buenos Aires trabajó como jefe de seguridad en un canal argentino, donde se ganó una pequeña pensión. Retornó definitivamente al país el 6 de febrero de 1989. Andrés Rodríguez, quien estuvo bajo sus órdenes, le restituyó la jubilación. Falleció el 6 de junio de 1990.

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