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El 2024 no fue un buen año para el gremio de los aceiteros. La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO) compartió con la Feprinco el mismo análisis sobre la situación de los aceiteros.
El 2024 cierra como un año de crisis para el sector, marcado por el cierre anticipado de fábricas, dice un informe sobre la industria aceitera en el Paraguay. Los motivos no son solamente el contrabando, que es perjudicial, sino también la exportación de granos a gran escala a los países vecinos.
La materia primera va más para Argentina o para Brasil. Entonces, Paraguay tiene menor posibilidad para procesar las mismas, según el análisis.
Una visión conjunta, entre los dos gremios mencionados, es que la industria aceitera opera con un 40% de ociosidad a pesar de cosechas récord de soja.
«Necesitamos políticas públicas que fomenten la industrialización dentro del país, la equidad tributaria y la recuperación de incentivos, como el derecho a recuperar el IVA crédito para productos industrializados. Este enfoque no solo generará más empleo, sino que también impulsará el crecimiento económico de manera sostenible», sugieren.
La industrialización y la implementación de políticas públicas efectivas son pilares fundamentales para el desarrollo sostenible del país, sostienen los gremios.
El 2024 no fue un buen año: 10% menos
Específicamente, la CAPPRO, informó que este año cierra la molienda 10% menos que el año pasado.
Las aceiteras están anunciando la paralización de sus actividades por la falta de materia prima y por su imposibilidad de competir con fábricas de países vecinos, que compran nuestras materias primas y procesan.
La CAPPRO instó a las autoridades a implementar una política industrial para el sector, porque si así sigue la situación, las fábricas pararán su producción.
