En el segundo día del novenario de la Virgen de Caacupé, el obispo de San Lorenzo, monseñor Joaquín Robledo, presidió una emotiva jornada de oración y reflexión, centrada en los valores de la paz, la justicia y la comunión como signos concretos de esperanza cristiana. Bajo el lema “La promoción de la paz, la justicia y la comunión son expresiones concretas de nuestra esperanza cristiana reflejando el Reino de Dios aquí en la tierra”, la celebración congregó a numerosos fieles, renovando el espíritu de fe y compromiso.
Un mensaje de paz, justicia y comunión en medio de desafíos
En su homilía, monseñor Robledo destacó la relevancia de las lecturas bíblicas del día. Del libro del Apocalipsis, rescató la promesa de un cielo y una tierra nuevos, una visión de esperanza ante las adversidades de la historia humana. Asimismo, del Evangelio de San Lucas, subrayó la enseñanza sobre la cercanía del Reino de Dios, recordando que la pasión, muerte y resurrección de Cristo fundamentan una esperanza inquebrantable en tiempos difíciles.
El obispo llamó a los fieles a no claudicar ante los desafíos de la violencia, la corrupción y la indiferencia que afectan al país, mencionando las alarmantes cifras de desapariciones de niños y adolescentes divulgadas por la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA). La Iglesia, afirmó, se solidariza con las víctimas y promueve una cultura de buen trato y cuidado, esencial para construir la paz.
Justicia y comunión: caminos hacia la transformación
La justicia fue otro eje central de la reflexión. Monseñor Robledo señaló que las injusticias, desde el abuso de poder hasta la exclusión de los más pobres, son heridas que exigen reparación y compromiso. Citando al Concilio Vaticano II, recordó que “la paz es obra de la justicia” e instó a trabajar por una justicia social que respete la dignidad humana.
Presentaron la comunión, fruto del reciente proceso sinodal, como una herramienta para avanzar juntos en misión. Se alentó a la comunidad a construir puentes en lugar de muros, viviendo valores que transformen vidas y fortalezcan el sentido de fraternidad cristiana.
Signos vivos de esperanza
Monseñor Robledo resaltó los ejemplos de esperanza y comunión visibles en la sociedad: las iniciativas de laicos en defensa de la vida y la familia, las acciones de jóvenes y adultos en favor de la naturaleza y los actos de solidaridad con los más vulnerables. Estas acciones, señaló, reflejan el llamado del Papa Francisco a ser “peregrinos de esperanza” en preparación al Jubileo 2025.
La jornada culminó con un llamado a los fieles a vivir la fe en acción, trabajando juntos por un entorno donde la paz, la justicia y la comunión sean signos palpables del Reino de Dios. “Que la Virgen de los Milagros de Caacupé nos acompañe y nos inspire a ser signos de esperanza para nuestros hermanos”, concluyó el obispo.
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