Un histórico goleador del futbol paraguayo, e integrante del «mejor equipo del siglo XX», Máximo «Chimo» Rolón, celebró en una sorprendente y grata condición fisica y mental, sus noventa años en medio del afecto de sus familiares.
Dos días después de la gran victoria en Cañada El Carmen), nacía MÁXIMO “CHIMO” ROLÓN VILLA, una estrella del fútbol paraguayo, en el hogar formado por don Gaspar Rolón y doña Serafina Villa, en el barrio Las Mercedes de Asunción, en la esquina de las calles Valois Rivarola y Cusmanich, (Tuyucuá), muy próximo a la cancha del Club Libertad.
Los Rolón Villa no solo amaban la libertad como condición del espíritu civilizado sino que también eran adeptos incondicionales del club del grato nombre. La demostración más cabal de esa adhesión era que el hermano mayor, Porfirio Agustín y posteriormente Máximo, jugaron al fútbol en la entidad gumarela. Hilda, llamada familiarmente Yiya, fue una destacada basquetbolista, tambien campeona, defendiendo los colores albinegros.
Los otros cuatro hermanos (Yolanda, Patrocinia, Blanca Lorenza, Rogelio «Kelo» y Teresa Dorotea), en intensidades diferentes pero con un mismo fervor, oficiaban de hinchas incondicionales.
En esa casa llegó un día el poeta y compositor Cirilo Ramón Zayas, quien motivado por los encantos de Yiya, la hermana basquebolista gumarela, escribió la canción que tituló como “11 de marzo” que era el día en que en 1930 había venido al mundo la mujer que le quitaba el sueño. La relación no prosperó, pero la canción que nació dedicada a una dama, se volvió universal y está presente hasta hoy en todos los cumpleaños luego de ser rebautizada como «Felicidades».
En esa casa también, protegidos por un yvapóvó de sombra perenne, los liberteños se concentraban para paladear una victoria relatando una y mil veces un gol inverosímil o intentando explicarse una derrota que parecía imposible.
No fue casualidad por tanto que MÁXIMO ROLÓN, a los 12 años iniciara su carrera deportiva en la sexta división (la sexta cañón) del club de sus amores.
Fue un delantero con estirpe goleadora. Ya en su debut en primera división con apenas 15 años anotó su primer gol en marcando el primero ante Presidente Hayes, equipo al que habían derrotado por el marcador de 3 a 1.
Fue consagrado como goleador del campeonato paraguayo en el año 1954 con 26 goles, mientras prestaba su servicio militar en la 1ª División de Caballería. En 1955, formó parte del considerado mejor equipo del siglo XX logrando el campeonato, con fechas de antelación y consagrándose nuevamente como goleador con 25 tantos, galardón que repetiría por tercera vez consecutiva en 1956 con 24 anotaciones; logrando de esa manera ser el máximo artillero del fútbol paraguayo durante tres años consecutivos, hecho inédito e irrepetible.
Integró la selección de Paraguay, actuando en la Copa América 1955 en Santiago de Chile logrando 5 goles, y en el de Uruguay en la edición de 1956 marcando dos tantos.
Formó parte de la gira que realizó el Club Libertad a final de 1954, que fue una de las mejores que se registra en la historia del fútbol paraguayo. Comenzó en Chile, siguió al Ecuador, pasó a Haití, Costa Rica y Perú. Venció tres veces a la selección de Haití y ganó un campeonato triangular en el Ecuador ante el seleccionado de Guayas y al Nacional de Medellín. En Costa Rica venció al Admiral Wacker de Viena. La gira culminó en 1955 venciendo en Lima al Alianza, flamante campeón peruano.
Integró también el equipo gumarelo que derrotó al Partizán de Belgrado, en la primera presentación de un equipo profesional de Europa en nuestro pais, en el año 1954.
En otro recordado duelo internacional, en una época en la que lamentablemente aún no había Libertadores de América, Integró el equipo gumarelo que enfrentó al River Plate de Buenos Aires con todas sus estrellas, conocido como «la máquina», con goleada de 5 goles a 1 en un memorable partido, en el que dos de las dianas fueron de su autoría.
Gracias a su extraordinaria capacidad goleadora fue transferido al exterior jugando sucesivamente en el Everton de Viña del Mar, San Luis de Quillota, ambos de Chile; América de Cali (Colombia), y por último en el Santiago Wanders de Valparaíso (Chile) donde finalizó su carrera como jugador.
Se desempeñó como entrenador de Nacional y de su vecino Tacuary. Hoy gracias a su excelente estado de salud, continúa asistiendo asiduamente a los partidos y alentando como el más fervoroso hincha a su Libertad querido.
En la gráfica, el histórico futbolista en el festejo de su cumpleaños aparece rodeado por sus hijos Felipe y Claudio, por sus nietos Benjamin Rolon y Joaquin e Ingrid Llanes, nuera.
Fuentes: Compilación de escritos del General (SR) Lelin Ferreira Costa y del Doctor Miguel Angel Bestard en su libro «Un Siglo de futbol en el Paraguay», libro «Cien años de pasión», web del América de Cali. recortes de diarios nacionales e internacionales, datos y fotografía proporcionados por Felipe Rolon.
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