Falleció hoy Marta Beatriz Gehri de Nielsen, licenciada en Contabilidad y Administración, pero antes periodista, esposa de un grande de la comunicación como fue Christian Nielsen, quien le antecedió en el tránsito hacia las celestes alturas, hace poco menos de dos meses, el 22 de setiembre pasado.
Fue una de las más destacadas y antiguas periodistas, formada en LA TRIBUNA en una época en que se contaban con los dedos a las pocas valientes que se lanzaban a ejercer una profesión en la que injustamente se les negaba lugar a talentos ocultos como ella por el simple hecho de ser mujer. No desaprovechó la puerta que de par en par ya en aquellos lejanos dias, este diario abrió a las comunicadoras y cobró vuelo propio.
Con su voluntad de hierro, tenacidad admirable y virtudes que adornaron su personalidad en las funciones que le cupo desempeñar en los medios, Marta se hizo querer y respetar desde aquellos primeros pasos, cuando alternaba la redacción de nuestro diario y las clases en la universidad para convertirse en una reconocida profesional en la otra carrera que habia elegido seguir, ciertamente mejor remunerada que esta profesión, que como bien calificó un colega argentino, es la manera más divertida de ser pobre.
Cumpliendo con el reconocido precepto del maestro Ryszard Kapuściński que resalta: «para ser un buen periodista hay que empezar por ser una buena persona», Marta, hizo honor a tales condiciones en sus lejanos tiempos de comunicadora en LA TRIBUNA a su paso posterior en administraciones de empresas vinculadas al ámbito periodistico de primer nivel como Red Caracol y su emblemática radio 1o. de Marzo, Canal 13 y Cardinal.
Pero nunca olvidó, pese a los cargos importantes en esas funciones, los momentos que ella misma calificó como más gratos de su vida que fueron en el ejercicio del periodismo. En LA TRIBUNA no solo disfrutó de esas alegrías sino que encontró a quien iba a convertirse en su compañero y mejor amigo de toda la vida, con quien formó una hermosa familia, uno de cuyos hijos sigue en los medios la gran vocación de su padre, cuyo nombre y apellido porta, con el valor agregado de estar acompañado por el del de su buena madre que en vida supo rendir culto igualmente a los no siempre reconocidos valores de la amistad, con la que nos ha sabido honrar.
A su querida familia, las condolencias y votos de cristiana resignación.
