En Paraguay, las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) representan la columna vertebral de la economía nacional. Estas unidades económicas no solo concentran más del 98% de los negocios del país, sino que son el sustento de millones de familias y la fuente de empleo de tres de cada cuatro trabajadores paraguayos. Detrás de estas cifras, se revela una realidad incuestionable: el crecimiento económico y el bienestar social de Paraguay están intrínsecamente ligados al fortalecimiento de este sector.

El ministro de Industria y Comercio, Gustavo Giménez, propuso ayer ante el Congreso la modificación de la Ley de MIPYMES, en una iniciativa que apunta a nivelar el campo de juego para estos empresarios, que se encuentran en una constante lucha para competir con las grandes empresas.

La propuesta busca eliminar los obstáculos que hoy frenan su crecimiento, como el acceso limitado al crédito y la carga de trámites burocráticos que no solo consumen recursos, sino que además desalientan la formalización. Las grandes empresas cuentan con condiciones crediticias ventajosas y largos plazos de pago en los supermercados que asfixian a las pequeñas y medianas compañías; esta realidad impone límites a la expansión y a la competitividad de las MIPYMES.

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Sin embargo, para que esta reforma sea realmente efectiva, se necesita un compromiso serio del Estado en su rol regulador. Es imprescindible que las reglas de la competencia se ajusten de modo que favorezcan un mercado justo y equitativo. Solo así las MIPYMES podrán desarrollarse en condiciones que les permitan competir y sostenerse en el tiempo.

El proyecto también contempla la creación de mecanismos específicos de financiamiento, como productos crediticios destinados al sector, capacitación y un «refuerzo positivo» que incentive la adaptación de estas empresas al mercado cambiante. Estas medidas son esenciales para que las MIPYMES dejen de estar relegadas a la informalidad y logren, en cambio, transitar hacia un entorno donde puedan consolidarse y aportar de manera efectiva al desarrollo nacional.

Los datos hablan por sí mismos: al cierre de 2023, el número de MIPYMES en Paraguay alcanzó los 366,977, de las cuales el 88% corresponde a microempresas. Estos emprendimientos se destacan en sectores clave como el comercio y los servicios, y en las áreas rurales representan el 86% del empleo, un pilar fundamental para el desarrollo de las comunidades más apartadas. En este contexto, brindarles herramientas para que prosperen no es solo una cuestión económica, sino una apuesta por un Paraguay más equitativo.

Apoyar a las MIPYMES es, en última instancia, apostar por el futuro de Paraguay. Con políticas adecuadas que faciliten su formalización, acceso a financiamiento y fortalecimiento, este sector puede revolucionar el panorama económico, generando no solo empleos, sino también innovación y bienestar para todos los paraguayos.