Terminadas las elecciones, la sociedad se desenvuelve en medio de la incertidumbre ante el nuevo gobierno y las acciones que emprenderá en los próximos meses el saliente Mario Abdo Benítez.
Las cifras revelan un preocupante aumento de la pobreza extrema (5,6%), según la última encuesta de hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras el desempleo y el subempleo se mantienen en niveles altos.
El Estado arrastra desde hace años un déficit fiscal (3,5% del PIB) que amenaza la estabilidad económica. Ante estos desafíos urgentes, es crucial que un equipo de transición comience a colaborar con el gobierno actual, considerando la situación especial que enfrenta Paraguay.
La última encuesta de hogares evidencia un incremento preocupante en los índices de pobreza en el país. Miles de paraguayos están atrapados en una situación precaria, luchando por satisfacer sus necesidades más básicas, con el costo de vida cada vez más elevado.
La prolongada crisis del COVID-19 ha agravado esta problemática, impactando severamente la economía y dejando a muchos sin empleo ni medios de subsistencia. Además, Paraguay enfrenta un déficit fiscal preocupante y un presupuesto inflado que solo contribuyen a aumentar la burocracia estatal.
Enfoque responsable en la gestión de recursos
Los aumentos salariales para los funcionarios públicos, aunque justificables en algunos casos, deben ser analizados cuidadosamente en el contexto de la crisis económica actual. Para garantizar el bienestar de todos sus ciudadanos y la estabilidad económica a largo plazo, Paraguay necesita urgentemente un enfoque responsable en la gestión de sus recursos.
El año 2023 se vislumbra como un periodo crucial para Paraguay, en el que deberá enfrentar desafíos trascendentales que requerirán una estrategia política y económica sólida.
Uno de estos desafíos es la renegociación del tratado de Itaipu, una cuestión de vital importancia para el país. La forma en que Paraguay aborde esta negociación determinará su capacidad para obtener un acuerdo justo que beneficie su desarrollo y bienestar.
Además, Paraguay debe lidiar con las relaciones internacionales en un contexto de problemas geopolíticos globales, influidos por potencias como China y Estados Unidos.
El país se encuentra en una posición única para aprovechar las oportunidades que estas dinámicas presentan, pero también debe estar alerta ante posibles desafíos.
Aprovechar al máximo la posición en el escenario internacional
La diplomacia y la habilidad para navegar en el ámbito político serán fundamentales para garantizar que Paraguay pueda proteger sus intereses y aprovechar al máximo su posición en el escenario internacional.
Frente a estos desafíos, resulta imperativo que un equipo de transición comience a trabajar de inmediato con el gobierno actual.
La excepcional situación que atraviesa el país demanda una estrecha cooperación y una transferencia de poder efectiva. Paraguay no puede permitirse perder tiempo en medio de esta coyuntura tan crítica. Es fundamental establecer canales de comunicación abiertos y realizar esfuerzos conjuntos para abordar los problemas prioritarios.
El país ya no puede soportar revanchismos ni egolatrías que, durante años, han dejado en segundo plano los intereses de la República.
La transición gubernamental no puede ser un simple trámite protocolar, sino un proceso dinámico y colaborativo. Un equipo de transición bien conformado, con representantes de ambos gobiernos y de diversas áreas de expertise, puede proporcionar la continuidad necesaria para enfrentar los desafíos inmediatos y sentar las bases de un futuro sólido.
