En el contexto del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra cada 16 de octubre, la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) aprovechó esta importante fecha para destacar la necesidad urgente de reducir los desperdicios de alimentos, un problema global que afecta tanto a nivel social como ambiental. Capasu, como un actor clave en la cadena alimentaria que conecta a productores y consumidores, reiteró su compromiso con la creación de un sistema alimentario más sostenible y equitativo, instando a una acción colectiva para enfrentar este desafío de gran magnitud.
Uno de los principales voceros de esta campaña fue Paul Grimm, directivo de Capasu y gerente de Relaciones Públicas e Institucionales de los supermercados Casa Rica y Areté, quien participó en el Seminario Internacional ODS2 Hambre Cero: Hacia Sistemas Sostenibles, con un enfoque especial en las pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA). Este evento, organizado en colaboración con la FAO y el Ministerio de Desarrollo Social, tuvo como objetivo promover políticas que aborden el problema del desperdicio de alimentos y establecer sistemas alimentarios más justos y responsables.
Durante su intervención, Grimm presentó datos alarmantes que revelan el impacto global del desperdicio alimentario. Según cifras de la FAO, aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o son desperdiciados, lo que no solo significa una crisis ética y social, sino también un problema ambiental grave que contribuye significativamente al cambio climático. En un mundo donde millones de personas sufren de inseguridad alimentaria, la cantidad de alimentos en buen estado que se desechan representa una contradicción moral que debe ser abordada de manera urgente.
Iniciativas para reducir los desperdicios de alimentos
El supermercadista hizo hincapié en las medidas que algunos supermercados asociados a Capasu han implementado para mitigar el desperdicio de alimentos. Algunos supermercados como Casa Rica y Areté llevan a cabo programas de reaprovechamiento de alimentos y permiten a las personas donar productos que ya no pueden comercializarse, pero que aún son aptos para el consumo. Estas organizaciones no gubernamentales entregan los productos a personas en situación de vulnerabilidad.
En 2023, estos programas lograron rescatar 127.680 kilos de alimentos, lo que permitió alimentar a 652 personas durante todo el año en seis hogares e instituciones. Entre los beneficiarios se encuentran niñas, niños, personas de la tercera edad y personas en situación de calle. Grimm destacó que este tipo de iniciativas no solo contribuyen a la seguridad alimentaria, sino que también mejoran la calidad de vida de los más vulnerables, proporcionando una nutrición adecuada que es fundamental para el bienestar de estas comunidades.
«Es una de las acciones más visibles y efectivas en la lucha contra el hambre en Paraguay», señaló, subrayando el impacto directo que tienen estas donaciones en las comunidades afectadas por la inseguridad alimentaria. Asimismo, destacó la importancia de las alianzas estratégicas entre los sectores público y privado para lograr los objetivos trazados, enfatizando que la colaboración es esencial para enfrentar este desafío de manera efectiva.
Necesidad de alianzas público-privadas
Uno de los aspectos más destacados de la intervención de Paul Grimm fue la necesidad de fortalecer las alianzas público-privadas para combatir el desperdicios de alimentos a gran escala. Según él, «el apoyo tanto del sector privado como del público es imprescindible para enfrentar este problema». El sector privado, en particular, tiene un papel crucial al abogar por la implementación de incentivos fiscales que promuevan la donación de alimentos y políticas que faciliten la creación de programas destinados a combatir el desperdicio.
En este contexto, el gremialista de supermercados resaltó la importancia de la Ley 6601/2021, que regula la donación de alimentos en Paraguay. Esta normativa ha representado un avance significativo, al proporcionar un marco legal que facilita las donaciones de alimentos. Sin embargo, el directivo de Capasu señaló que aún queda mucho por hacer en términos de ampliar el marco regulatorio e incluir incentivos adicionales que fomenten la participación de más empresas en estas iniciativas. De esta forma, Paraguay avanzará hacia un sistema alimentario más equitativo y sostenible, minimizará el desperdicio y llevará los alimentos a quienes más los necesitan.
Conciencia social y empresarial sobre desperdicios de alimentos
Además de las acciones emprendidas por las empresas, el empresario hizo un llamado a la conciencia social, destacando la importancia de que los ciudadanos también tomen un rol activo en la reducción del desperdicio de alimentos. «Los supermercados cumplen un rol facilitador, pero el cambio real vendrá cuando todos, como sociedad, comprendamos que el desperdicio de alimentos no es una opción. Debemos repensar cómo consumimos y qué hacemos con los alimentos que no utilizamos», afirmó.
Además, destacó que, aunque los supermercados asociados a Capasu, como Superseis, Stock, Delimarket, Casa Rica y Areté, ya han implementado diversas medidas para mitigar las pérdidas de alimentos, es fundamental que los consumidores también adopten una cultura de responsabilidad alimentaria. Este enfoque colectivo, donde empresas y ciudadanos trabajan juntos, es clave para maximizar el uso de los recursos disponibles y reducir el desperdicio.
El futuro del aprovechamiento de alimentos en Paraguay
De cara al futuro, Grimm expresó su optimismo sobre la expansión de los programas de aprovechamiento de alimentos en Paraguay. Señaló que si bien ya se han logrado avances importantes, aún queda mucho por hacer para alcanzar el objetivo de Hambre Cero en el país. Para lograrlo, será fundamental que ambos sectores, público y privado, continúen colaborando y que se creen nuevos incentivos que impulsen la participación de más empresas en iniciativas de reducción de desperdicio.
La visión de Capasu es clara: seguir liderando proyectos que no solo reduzcan el desperdicio de alimentos, sino que también aseguren que estos recursos lleguen a quienes más los necesitan. En línea con este compromiso, la organización ha sido parte de la Colecta Nacional de Alimentos durante los últimos 20 años, una iniciativa que, en su más reciente edición, organizada por el Banco Nacional de Alimentos, reforzó el esfuerzo colectivo por combatir el hambre en Paraguay.
Concluyó su participación en el seminario con un mensaje claro: la lucha contra el desperdicio de alimentos es una tarea de todos, y solo a través de un esfuerzo conjunto será posible crear un sistema alimentario más justo, equitativo y sostenible para el futuro de Paraguay.
