La independencia que todavía falta en Paraguay

Hace 212 años, Paraguay inició su independencia, cuando un grupo de patriotas, obligó al gobernador, Bernardo de Velasco, a rendirse. Paraguay emergió así como una nación libre y soberana, que luego se formalizará más adelante. El país pasó por dos guerras y, a pesar de todo, siguió manteniendo su independencia; rompió muchas cadenas y aún quedan muchas cadenas que romper: la existencia de políticos sin patriotismo, la falta de educación que impide a las personas a tener autonomía y valerse por sí mismos; el crimen organizado, la pobreza y la falta de salud.

Hoy los próceres que luchan por su independencia son aquellos 25% que la Encuesta Permanente de Hogares Continua 2022 (EPHC) señala que están en la franja de pobreza monetaria total (suma de la pobreza no extrema y la pobreza extrema). Ellos pasan golpeando las puertas del Estado para que se digne en proveerle los recursos.

Hay 1 millón 817 mil personas residentes en hogares cuyos ingresos per cápita son inferiores al costo de una canasta básica de consumo; pero pelean como si fueran próceres que exigían libertad e independencia.

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Después de largo proceso histórico, hoy la lucha por la independencia no se discute por el territorio del país sino por hacer que los paraguayos alcancen la capacidad de actuar, tomar decisiones y valerse por sí mismos: mejor educación.

Hace 212 años, los próceres de mayo nos liberaron del dominio colonial, pero hoy el Paraguay aún necesita liberarse también de la falta de trabajo.

Los nuevos próceres no son hoy militares ni cónsules sino son los obreros que apenas ganan el salario mínimo y muchos ni alcanzan, pero pelean para llevar pan a sus hogares; la familia que lucha por alcanzar un sistema de salud reclamando al Estado lo que no le provee y los niños que, aún en la pobreza, tratan de aprender lo que puedan para salir adelante. Ellos reclaman su libertad y su independencia.

El desafío de Paraguay

En ausencia de enemigos externos, hoy la necesidad y el desafío de Paraguay es mirar por dentro e independizarse del crimen organizado, de políticos antipatriotas y de los anárquicos que quieren lograr el poder por cualquier precio, y que alimentan los resentimientos que generalmente motivan la violencia social.

La modernización

En Paraguay se consolidó el modelo de Estado empleador, clientelista y prebendario, lo cual tiene subyugada a la población; El Estado es el empleador principal y sus presupuestos se dedican al pago de un alto porcentaje de funcionarios públicos y de la burocracia, mecanismo que sirve de chantaje político-electoral.

El Estado en el terreno de la educación siempre está atrasado. Es más, abandona gran parte de la educación pública, que es su obligación. Ésta sigue deficitaria y impide a su población el despegue hacia la modernidad y lograr su verdadera independencia.

Mediterraneidad

Paraguay, un país mediterráneo, no saca provecho de esta situación. Hasta hoy acarrea dificultades en la hidrovía y sobrecostos a la hora de exportar y no se visualiza una visión estratégica con más altura para negociar ante las otras naciones.

En la madrugada del 14 al 15 de mayo de 1811 se inició la independencia de Paraguay, lo que celebramos ahora. Sin embargo, esta independencia no es tal, mientras no rompa con las nuevas cadenas en auge.