Este fin de semana, Víctor Stanley, vicepresidente del Consejo de Desarrollo de Salto del Guairá, compartió con La Tribuna, su visión sobre la crítica situación actual de la capital del departamento de Canindeyú que, en las condiciones actuales corre el riesgo de convertirse en ciudad fantasma. Comenzó explicando cómo la falta de inversión y turistas afecta profundamente la economía local. Según Stanley, el shopping más grande de la ciudad, canceló una inversión de 60 millones de dólares, lo que representaba la posibilidad de generar 1.500 puestos de trabajo.
Stanley destacó que Salto del Guairá solía mover 180 millones de dólares al mes. El último censo mostró que la población se redujo de 45.000 a solo 22.000 habitantes. Esta drástica disminución indica cuánta gente ha abandonado la ciudad en busca de mejores oportunidades. La crisis económica se vuelve desesperante y amenaza con despidos masivos en el sector comercial.
Autoridades espantan las inversiones
El empresario enfatizó que las autoridades locales, en vez de fomentar la inversión, bloquearon oportunidades cruciales para el desarrollo local. Describió cómo, seis concejales y el intendente rechazaron convenios con inversores que podrían haber revitalizado la economía. Stanley lamentó que este tipo de decisiones lleven a que más inversores busquen otros lugares, dejando a Salto del Guairá en un estado de abandono.
La situación social es igualmente preocupante. Stanley mencionó que el desinterés por visitar la ciudad se refleja en la disminución del flujo de turistas. Recordó como los fines de semana estaban llenos de vehículos brasileños; ahora, las calles están vacías. Las familias que solían disfrutar de la ciudad han dejado de hacerlo por la falta de seguridad y servicios.
El clima de inseguridad también afecta a los pocos turistas que aún visitan. Stanley relató un incidente en el que un brasileño sufrió un daño en su vehículo frente a un shopping, y que ninguna autoridad local tomó cartas en el asunto. Esta falta de respuesta genera una mala imagen que se difunde entre los turistas, quienes cuentan sus experiencias negativas a otros, desalentando a potenciales visitantes.
Manifestación en puerta
Ante esta situación alarmante, Stanley adelantó, que la Cámara de Comercio, junto a otros gremios, planea realizar una manifestación. Ellos se preparan de tal forma a cerrar los negocios de la ciudad y poner una bandera negra como símbolo de luto por la situación que enfrentan. La manifestación busca presionar a las autoridades a actuar y a reconsiderar su enfoque sobre las inversiones en Salto del Guairá.
En medio de esta crisis, Stanley mencionó que es bienvenida la posibilidad de construir un puente que conecte con directamente la ciudad Guaira estado de Paraná, Brasil, pero advierte que esto tomará tiempo y requiere acuerdos bilaterales.
Pero antes de abrir la posibilidad que significa realizar el puente sobre el río Paraná, lo que realmente desean es atraer más turistas y crear un entorno seguro para inversores a los cuales se les pueda dar la garantía de llegar a la “Capital de la Amistad”.
“La falta de una estrategia clara por parte de las autoridades está llevando a la ciudad hacia un futuro incierto”, destacó preocupado.
Salto del Guairá, una ciudad que alguna vez prosperó, enfrenta hoy la dura realidad de convertirse en una «ciudad fantasma». La esperanza de recuperar su vitalidad depende de decisiones urgentes y efectivas que fomenten la inversión y restauren la seguridad en la región, paso que sus autoridades ineficientes no están demostrando.