La batalla de Boquerón, librada entre el 9 y el 29 de septiembre de 1932, representa uno de los momentos más emblemáticos de la historia paraguaya. Fue en el árido Chaco, donde la valentía y la estrategia del ejército paraguayo, liderado por el Teniente Coronel José Félix Estigarribia, lograron lo impensable: vencer a un ejército boliviano numéricamente superior y con mejor equipamiento.

Esta victoria, sin duda, marcó un punto de inflexión en la Guerra del Chaco y, con ella, se elevó la moral del soldado paraguayo, así como la confianza de toda la nación en su capacidad para defender su territorio.

La importancia de Boquerón no radica solo en la recuperación de un fortín estratégico, sino también en el efecto que tuvo sobre el espíritu nacional. Fue una batalla en la que los soldados paraguayos aprendieron a conocer y adaptarse a las hostilidades del inhóspito territorio chaqueño, desarrollando técnicas de combate que resultarían cruciales en enfrentamientos posteriores. La victoria en Boquerón fue la confirmación de que el ejército paraguayo podía vencer incluso en condiciones adversas, consolidando el sentimiento de unidad y patriotismo que trascendió las trincheras.

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Hoy, más de 90 años después, el Chaco sigue siendo un territorio que exige la atención de todos los paraguayos. Recientemente, devastadores incendios azotaron esta vasta región, poniendo en peligro no solo su flora y fauna, sino también las comunidades que habitan este territorio tan históricamente defendido. Los valientes bomberos paraguayos, verdaderos combatientes de esta era, lograron sofocar las llamas, tal como nuestros antepasados defendieron la soberanía en las trincheras de Boquerón.

El Chaco, además de su valor simbólico, también es una región de promesas. Próximamente, la apertura de la ruta bioceánica promete transformar el contexto geopolítico y geoestratégico del país, convirtiendo al Chaco en una vía clave de conexión entre los océanos Atlántico y Pacífico. Esta infraestructura no solo mejorará la conectividad, sino que también traerá consigo oportunidades de desarrollo económico que beneficiarán a toda la nación.

Hoy, más que nunca, los paraguayos debemos volver nuestras miradas hacia el Chaco. La sociedad debe honrar la memoria de los soldados que defendieron este territorio, reconociendo el valor estratégico y los recursos valiosos que esta región ofrece. Cuidar y desarrollar el Chaco no solo es un tributo a los héroes de Boquerón, sino también una apuesta por el bienestar y la prosperidad de todos los paraguayos.