Hoy se recuerda en nuestro país el Día de la Juventud, en coincidencia con la llegada de la Primavera, una ocasión que invita a reflexionar sobre la importancia de las generaciones más jóvenes en el desarrollo y transformación de nuestra sociedad. Con el 25% de la población del país comprendida entre los 15 y 29 años, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), Paraguay se posiciona como un país eminentemente joven. Este dato es alentador, pero también plantea desafíos profundos para el futuro.
De cada diez jóvenes en Paraguay, seis están ocupados en alguna actividad económica, lo que desmiente la creencia popular sobre los llamados «Ni-Ni» (ni estudian ni trabajan). Sin embargo, la realidad no es homogénea. Existen amplias brechas en acceso a educación, empleo formal y recursos fundamentales como el internet, especialmente en las áreas rurales. Mientras que en Asunción y el departamento Central el acceso a internet supera el 70%, en zonas como San Pedro y Paraguarí apenas alcanza el 20%. Esta situación refleja una disparidad alarmante que afecta directamente las oportunidades de desarrollo para una parte considerable de la juventud.
El Estado paraguayo tiene la responsabilidad de actuar de manera urgente y efectiva. Es indispensable que se desarrollen programas de acceso equitativo a recursos educativos y tecnológicos en las zonas más rezagadas del país. En departamentos como Concepción, Canindeyú y Guairá, donde los niveles de pobreza entre jóvenes superan el 30%, la situación es crítica. La inversión en infraestructura tecnológica, el fortalecimiento de los sistemas de salud y educación, así como la promoción de empleos dignos, debe convertirse en una prioridad nacional.
La juventud no solo es el futuro de Paraguay, es su presente. Con una población joven activa y deseosa de aportar al progreso, el país tiene ante sí una oportunidad invaluable para revitalizarse y transformarse. Pero esto solo será posible si se invierte adecuadamente en su desarrollo, en todas las regiones y sectores.
El Paraguay que queremos construir depende de cuánto invirtamos hoy en nuestras juventudes. La primavera que llega debe ser una metáfora de renovación, esperanza y cambio, para que cada joven en Paraguay pueda florecer con igualdad de oportunidades y construir el país que todos soñamos.
FELIZ DÍA A LA JUVENTUD PARAGUAYA!!!!
