El río Paraguay enfrenta una de las peores bajantes de su historia, superando su marca mínima registrada en 2021. Desde principios de este mes, el río siguió disminuyendo de manera acelerada, lo que ha transformado gran parte de su lecho en extensas playas de arena blanca. Zonas que antes eran navegables, con hasta cuatro metros de profundidad, ahora son accesibles a pie, lo que refleja la gravedad de la situación.
El tráfico fluvial, vital para la economía nacional, se ha visto gravemente afectado. Las barcazas y otros navíos han quedado paralizados debido al bajo calado del cauce, lo que ha dificultado el transporte de bienes a lo largo del país. En muchas áreas, el agua apenas llega a las rodillas en los puntos más profundos, lo que ha hecho que el lecho del río sea transitable a pie en varios sectores.
Con el descenso del río, han quedado al descubierto grandes cantidades de basura que antes permanecían sumergidas. Botellas de vidrio, latas, plásticos y otros desechos contaminantes ahora se apilan en el lecho seco del río. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de una limpieza urgente que las autoridades deberían coordinar en las próximas semanas, antes de que las aguas vuelvan a subir.
En la confluencia con el río Pilcomayo, la sequía ha sido tan severa que ahora es posible caminar de Paraguay a Argentina sin necesidad de cruzar el agua. Esta inusual «frontera seca» entre Asunción y Clorinda, en Formosa, Argentina, es un fenómeno que pocas veces se ha visto, y muestra la magnitud del descenso del nivel del agua.
De río a playas de arena
En algunos cauces secundarios del río Paraguay, el panorama es desolador. Uno de estos brazos ha quedado completamente seco, y en su lugar solo se observan unos 300 metros de playas de arena blanca. Los pescadores locales, que dependían de estas aguas para su sustento, ahora enfrentan una espera incierta hasta que el nivel del río se recupere, sin saber cuánto tiempo más durará esta situación.
El descenso del río Paraguay comenzó a notarse a mediados de año, cuando la alerta se activó en el estado de Mato Grosso, Brasil, lugar donde nace el cauce. Desde allí, la sequía afectó la frontera Norte entre Paraguay y Brasil, y poco a poco sus efectos se han ido extendiendo hacia la capital y seguirán hacia el sur del país.
Con la posible llegada del fenómeno de La Niña a mediados de octubre, se espera que la situación empeore. Meteorólogos de la Dirección de Meteorología e Hidrología, pronostican que la sequía podría prolongarse por varios meses, exacerbando aún más el impacto en el río Paraguay y sus comunidades ribereñas.
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