Las declaraciones del director brasileño de Itaipú, Enio Verri, dejan en claro que Brasil ya tiene su agenda bien definida respecto a la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú, anticipándose para seguir libando otros 50 años de los beneficios de la binacional. En contrapartida, Mario Abdo Benítez abandonará el poder sin dejar siquiera una agenda para la futura renegociación.
Tras el acto conmemorativo de los 50 años de la firma del Tratado de Itaipú, los directores generales de Paraguay y Brasil, Manuel María Cáceres y Enio Verri, respectivamente, ofrecieron sus declaraciones en relación a la próxima revisión del Anexo C del Tratado, cuyo plazo finaliza el 13 de agosto.
Verri destacó la importancia de acordar qué se modificará y qué permanecerá sin cambios, con el objetivo de reflejar la agenda económica actual en el Anexo C. En este sentido, mencionó la política de precios, la relación con el mercado y la construcción de alianzas, entre otros temas.
Cáceres, por su parte, aclaró que debido a las elecciones generales en Paraguay, una nueva administración se encargará de acompañar las negociaciones.
En contraste, la lectura de ambas declaraciones sugiere que Brasil ya ha definido su postura en relación a Itaipú, mientras que la administración de Mario Abdo Benítez ha dejado pendiente la presentación de una propuesta clara y un objetivo definido para el futuro de la hidroeléctrica.
De hecho, Brasil hace tiempo se adelantó a Paraguay y comprometió los recursos de Itaipú para beneficio de sus intereses. Así, el puente y la ruta bioceánica, tan promocionada por Abdo Benítez, responden exclusivamente al interés de Brasil de aproximarse y acercar su producción al Pacífico para acortar la ruta a China Continental. El puente Carmelo Peralta-Puerto Murtunho se financia con fondos de Itaipú y es parte de un plan brasileño para la salida de sus productos al mercado chino.
Mientras tanto, en Paraguay, toda la sociedad está distraída en un proceso electoral absolutamente vacío de propuestas y contenidos, donde ningún presidenciable tiene una hoja de ruta clara para enfrentar el proyecto brasileño y la decisión de Lula de seguir utilizando la binacional para el desarrollo de Brasil. Por su parte, Abdo Benítez encamina otro viaje más que, en cinco años, no deja ni siquiera un memorándum sobre la Renegociación del Anexo C.
Expertos en temas energéticos de nuestro país sostienen que el dilema para Paraguay en Itaipú es sencillo: o trae el 50% de la energía que le corresponde y la utiliza para su industrialización, o seguir vendiendo su excedente a Brasil a precio de mercado. Pero, hasta el momento, para los paraguayos, todo queda en la nebulosa.