Se cumple esta semana el primer año de mandato de Santiago Peña. El titular del ejecutivo ha arrancado el gobierno en desventaja. El anterior Gobierno dejó las arcas del Estado en ruinas. Deudas varias veces millonarias con proveedores del Estado, principalmente en sector de obras y salud. El Instituto de Previsión Social en quiebra técnica, conflicto con Argentina, escándalos de narcotráfico y contrabando, prisiones tomadas por clanes delictivos, y notables hechos de corrupción entre otros flagelos fue lo que heredó del que se presentaba como el gobierno “de la gente”.
El primer año de gobierno de Santiago Peña ha estado marcado por el desafío de recomponer lo que se había arruinado durante los últimos cinco años. Se puede definir este primer año como de logros al respecto, ya que se han cubierto las deudas con proveedores, se ha retomado el control de las cárceles. Además, el IPS con sus evidentes falencias parece al menos tener una administración mas decente. Evidentemente esto no es todo y resta muchísimo por hacer. Elegimos ver el país pujante y alentar a nuestros gobernantes en esta etapa, en vez de tomar el camino fácil, el de simplemente criticar por la mera razón de hacerlo; o por encontrar perjudicados intereses particulares o empresariales que pretenden imponerse por sobre el bien común.
A pesar de todos los obstáculos, y en contra del pronóstico de los pesimistas de siempre, el Gobierno ha logrado acceder al anhelado grado de inversión. Hace un año, esto era impensado, más aún encontrándose el país como se encontraba a inicios de 2023. Del mismo modo, se han percibido los créditos adeudados por Argentina en el marco del convenio de Yacyreta.
Peña había asumido la presidencia con la promesa de revitalizar la economía y fortalecer las instituciones, ha enfrentado un contexto complejo, con una mezcla de éxitos y críticas, pero siempre avanzando en los ejes fundamentales. Nuestro país parecería mejor posicionado a los ojos extranjeros. En el ámbito económico se han impulsado políticas para atraer inversiones extranjeras y promover el crecimiento, logrando algunos avances en sectores clave. Obviamente, el crecimiento económico nunca es suficiente y aún resta mucho por hacer.
La deuda pendiente parecería encontrarse en seguir reforzando la seguridad. Si bien se puede percibir presencia policial en espacios públicos, los actos delictivos siguen irrumpiendo en el día a día.
El primer año de Santiago Peña ha mostrado un serio avance en ciertos sectores, logrando objetivos trascendentales para nuestro país; pero también existe demasiado trabajo por delante; desafíos pesados que definirán su legado a largo plazo.