La guerra librada con las armas es sólo una forma. El comercio también es una de las tantas maneras de pelear poderes, posesiones y mandos. Que lo cuente China, que denunció a la Unión Europea (UE) ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) este viernes último.
Aquí la disputa se desató porque China fabrica y vende autos eléctricos con mucho éxito para los mercados internacionales y la UE le impuso recargos de aranceles a las importaciones de esas máquinas.
China presentó una denuncia este viernes último ante la OMC contra la UE porque esta organización continental subió los impuestos hasta 38% sobre dichas importaciones. Según las noticias internacionales, el impuesto por vehículos chinos era sólo 10%. La diferencia es enorme, pero todo sea por la defensa de los intereses de los fabricantes europeos.
China denunció que la UE está «violando gravemente las normas de la OMC» y le instó a «corregir sus malas prácticas de inmedato». De todas maneras, la denuncia es para tratar de solucionar una controversia de forma arbitral. La denuncia entra dentro del mecanismo de resolución alternativa de conflictos.
Este procedimiento abre la posibilidad de negociar sobre esos negocios de la venta de autos eléctricos a nivel de continentes, según los intereses que ambos lados defiendan.
La posición es la UE es frenar las importaciones de vehículos en un mercado donde llegan con precios más accesibles que la producción local.
El mercado de vehículos eléctricos pasa actualmente en su mejor momento, porque hay buena aceptación a nivel mundial. Es una dura competencia a los petroleros y productores de vehículos que se mueven a gasolina o gasoil.
Los vehículos eléctricos son motivos de guerra comercial sin precedentes. En el Paraguay el propio Estado está adquiriendo vehículos eléctricos para las instituciones públicas y facilitando también a las empresas privadas para sus adquisiciones. Inclusive se pretende aumentar las compras en búsqueda de mayores ventajas económicas. Además, hay planes para la producción local.
