Luego de que se endurecieran los controles en el paso del puente San Roque González de Santacruz que une Encarnación y Posadas Argentina por parte de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), los comerciantes informales salieron a realizar una manifestación cortando la ruta PY-01 en protesta por su derecho al trabajo. El Ministerio Público está identificando a los manifestantes y evalúa las medidas a tomar ante la inusual medida de fuerza.
La actividad comercial realizada por los informales se encuentra totalmente fuera de regulación al vender combustible de contrabando a un precio que se encuentra incluso por debajo de los precios que a nivel local y el cual se comercializa de manera legal. La diferencia entre el peso argentino y el guaraní hace que estas personas saquen ventaja trayendo por debajo de la ley a este producto desde la vecina capital de la provincia de Misiones en Argentina.
En esta medida de fuerza, pocas veces registrada en nuestro país, los contrabandistas exigen que les dejen trabajar y que ya no decomisen sus productos ilegales traídos desde el vecino país.
Estas personas interpretan que la Municipalidad de Encarnación está entorpeciendo su labor al solicitar a las autoridades de la DNA y la fiscalía a quitarles los combustibles que estos traen para ganarse la vida, sin los mínimos requisitos para su transporte y almacenamiento y que los venden en las calles de la capital del departamento de Itapúa.
Tal cual como se realiza en cualquier país serio, al encontrarse en una grave falta como esta que tiene como protagonistas a los contrabandistas, las autoridades proceden a la incautación de los productos, además garantizan la libre competencia de las estaciones de servicio apostadas en Encarnación y ciudades vecinas.
Disminución de la informalidad
Desde que los controles se realizan en el puente internacional, se nota menos la venta informal en las calles que incluso, llegó a tener cuatro a cinco puestos por cada cuadra por causa de las ventajas cambiarias que se tiene de un lado y otro de la pasarela internacional sobre el río Paraná.
Ya en esta parte del país, es común ver que hasta en las despensas de barrio se ofertan en botellas de gaseosas de 3 litros con colorantes azules, colocando estos productos inflamables a un lado de alimentos sin la más mínima consideración de seguridad. Ahora la actividad está más controlada y cada vez está más difícil sostenerla ya que constantemente se realizan trabajos interinstitucionales para evitar que prolifere la venta al menudeo de líquidos combustibles en las calles.
Si bien aún quedan remanentes de esta actividad, ya no llegan a tomar las dimensiones que se manejaban hasta hace unos meses cuando prácticamente cualquiera que podría traer dentro de sus tanques algunos litros combustible de Argentina se podría haber dedicado a esta la venta informal.
Muchos de los informales tratan a esta actividad como una vía de escape a la profunda crisis que se vivió en Encarnación durante el largo cierre de la frontera a causa de la pandemia del Covid-19, no obstante la actividad ilegal no justifica su desarrollo a vista de las autoridades que luchan por acabar esta práctica que no sólo va en contra a leyes, sino a la propia seguridad.
A principios de años justamente, se produjo una grave explosión y posterior incendio en un depósito clandestino de combustible ubicado en el barrio Paraíso de la capital del séptimo departamento. En esa ocasión hubo víctimas fatales a raíz de la reparación de un tanque que utilizaban como depósito de carburantes.
Pese a todo esto, hay mucha gente que sigue creyendo que el lucro barato podrá ayudarlos a salir adelante y por esta razón, continuarán los controles pese a las manifestaciones realizadas por estas personas las cuales incluso se exponen a una imputación por parte del Ministerio Público.