La pobreza extrema creció en Paraguay. Así sostiene el último informe de Pobreza Monetaria en la Encuesta Permanente de Hogares. Los datos se dieron a conocer la semana pasada. Sin embargo, en medio del trajinar de la competencia electoral, ningún grupo partidario ni candidatos unipersonales a cargos electivos dieron la debida atención. Estamos hablando de ciudadanos que ni siquiera se pueden beneficiar con la campaña de menos precios que promociona la Cámara de Supermercados.
El mismo Instituto Nacional de Estadística afirma que hubo un incremento de la pobreza extrema el año pasado. Habla de una tasa de 5,6% de la población y que afecta a 414.867 personas. Hay un incremento de 131.344 personas, si se toma los datos de 2021, oportunidad en que mencionan había 283.523 ciudadanos en condición de indigencia extrema.
La pobreza extrema se refiere a personas cuyo ingreso mensual per cápita no logra cubrir el costo de una canasta familiar mínima de consumo alimentario. Informaciones de la Encuesta de Hogares, al cierre de 2021, ya señalaba que había aproximadamente dos millones de pobres. Ese dato, en aquél momento, no causó ninguna reacción del poder de turno para revertir la situación. Hoy, el caso del aumento de la pobreza extrema, tampoco originará alguna acción oficial, pues la administración vigente está de salida y los demás disputan ocupar el espacio.
Hay que señalar que los mentados subsidios, si es que se están dando como se informa, no están constituyendo solución alguna. Los índices de pobreza no bajan en consideración, y la pobreza extrema, al contrario, están en aumento. Es que ningún subsidio será exitoso en medio del gran déficit en salud pública, magra calidad educativa, desempleo que no se atiende en serio y el galopante subempleo. Entre los citados males, está además la muy vigente corrupción.
Lastimosamente, todo el deterioro social no genera la reacción de quienes se dedican a la política. Tampoco vemos interés en los líderes de opinión ni de los grandes holding de prensa, cuyas prioridades parecen pasar por la propaganda electoral a favor de sus respectivos candidatos. Lo que no se está percibiendo es que todos somos parte de la nave llamada Paraguay, y que si la pobreza no constituye una prioridad, entonces el futuro de la nave será desalentador. Por más promesa que sigan haciendo oficialistas y opositores.
