Un gran comunicador, posiblemente el más grande exponente del relato deportivo radial en el interior del país: Flaviano Diaz falleció en la mañana de hoy. Esta gran figura, representativa del periodismo de tierra adentro, transitó por las más poderosas estaciones radiales del interior e incursionó igualmente con suceso en medios capitalinos, llegando incluso a ser director de Radio Nacional del Paraguay, en la que saltó siendo un adolescente a la consideración del publico que lo aceptó de inmediato, al lado del maestro Ovidio Javier Talavera siendo uno de sus alumnos más destacados, al lado del inolvidable Carlos Alberto Gomez.
Flaviano heredó el amor y la vocación de servicio al deporte de su ancestro del mismo nombre, gran dirigente del club Atlántida, cuyo estadio de futbol en Avenida 5a. y Caballero lo perpetua con su denominación. En los años setenta formó una dupla excepcional con otro gigante de la comunicación paraguaya, el gran Fernando Cazenave, con la conducción publicitaria de Francisco «Nene» Fariña, encabezando un equipazo de comunicadores en correlación con el diario LA TRIBUNA por la emblemática Radio Caaguazú de Coronel Oviedo y una cadena encabezada por Radio Asunción, que a la par de los mayores medios de Asunción, cubría futbol nacional y en cualquier parte del mundo. Fue un hecho irrepetible, que una emisora del interior encabece una red nacional deportiva.
Transmitió no solo futbol sino incontables competencias polideportivas, especialmente de futbol de salón y básquetbol, acompañando los campeonatos nacionales y dándoles un plausible respaldo.
Últimamente Flaviano desempeñó su gestión periodística en Radio Itapiru y medios del este del país, hasta que en los ultimos dias, debido a achaques propios de una dolencia crónica, lo derivaron al hospital San Jorge de Asunción donde se registró su deceso.
Al producirse este sensible deceso de un gigante de la comunicación de tierra adentro, calificado con justicia como «el relator del pueblo», la vida continua y la radio cargará nuevas baterias y se encenderá otra vez. Pero la inconfundible y vibrante voz de Flaviano Díaz ya no retumbará más con la emoción y pasión de su peculiar narrativa por que hoy, la radio se apagó.
A sus familiares nuestras condolencias y votos de cristiana resignación.
