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viernes, 22 de noviembre de 2024
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El legado de Mario Abdo

El informe de la Contraloría General de la República reveló lo que muchos ya sospechábamos: el expresidente Mario Abdo Benítez aprovechó su mandato para incrementar de forma grosera su patrimonio personal y el de sus empresas. Según las publicaciones de La Tribuna, ya durante su gestión se mencionaban una serie de irregularidades y un sospechoso crecimiento de su fortuna. Ahora, las pruebas parecen estar más claras que nunca.

Durante los años de la pandemia, cuando el país entero se enfrentaba a una crisis sin precedentes, las empresas del exmandatario experimentaban un crecimiento exponencial. Mientras miles de paraguayos perdían sus empleos y luchaban por sobrevivir, las empresas de Abdo Benítez, ALDIA S.A. y CREATEC S.A., reportaban ingresos y utilidades extraordinarias. En particular, ALDIA S.A. vio sus ingresos dispararse de G. 28.326 millones en 2014 a G. 300.383 millones en 2020, un año especialmente duro para el país. De manera similar, CREATEC S.A. registró un crecimiento impresionante en sus ingresos, pasando de G. 8.559 millones en 2014 a G. 70.915 millones en 2020.

Estas cifras, detalladas en el informe de la Contraloría, levantan serias dudas sobre la ética y la legalidad de las operaciones del expresidente. Según el artículo 237 de la Constitución Nacional, el presidente y el vicepresidente no pueden ejercer actividades comerciales o industriales durante su mandato. Sin embargo, las evidencias sugieren que Mario Abdo Benítez habría mantenido el control efectivo de sus empresas, beneficiándose directamente de contratos estatales y maniobras para acaparar el mercado de la venta de asfalto.

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El informe también resalta la alarmante proporción de las utilidades de estas empresas destinadas a reservas operativas, lo que requiere un análisis exhaustivo para determinar su justificación y aplicación. Esta estrategia financiera podría estar ocultando maniobras para evadir impuestos o disimular el verdadero beneficio obtenido por el expresidente y sus allegados.

Era vox populi el enriquecimiento de Abdo Benítez y su entorno y el pueblo le hizo saber su reacción, en las urnas. En las elecciones internas del Partido Colorado, el candidato apoyado por Abdo Benítez sufrió un tremendo rechazo. La ciudadanía envió un mensaje claro: la corrupción y el enriquecimiento ilícito no serán tolerados. La oposición, que durante la gestión de Abdo Benítez fue complaciente y cómplice de este enriquecimiento, también recibió un fuerte mensaje en las urnas.

Este escándalo debe servir de lección para futuros gobernantes. La responsabilidad y la transparencia son fundamentales en el ejercicio del poder. La oposición tiene el deber de actuar como contralor y contrapeso, vigilando y denunciando cualquier irregularidad, en lugar de ser cómplice de aquellos que detentan el poder.

El legado de Mario Abdo Benítez estará marcado por estas y otras irregularidades que esperamos sigan apareciendo. La Fiscalía tiene ahora la tarea de investigar a fondo y determinar las responsabilidades legales. La ciudadanía paraguaya merece respuestas y justicia.