El presidente de Paraguay, Santiago Peña, pidió cese de violencia en Venezuela porque lo que está pasando aquí es una tragedia; no reconoce la proclamación de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales del país caribeño porque se siguen buscando las actas electorales. El jefe de Estado concedió en la noche de este martes una entrevista al canal argentino, TN donde hizo estas declaraciones.
Maduro ordenó el arresto de los líderes opositores, María Corina Machado y Edmundo González. Ya hay 11 muertos y 177 detenidos, según la denuncia de la oposición. Costa Rica ofreció asilo a los dos líderes opositores.
Peña indicó que Venezuela está viviendo una tragedia económica y humanitaria. Y agregó que el régimen de Maduro busca esconder actas y por eso hay preocupación. «Estamos muy preocupados, con la esperanza de que aparezcan las actas. Probablemente no las vamos a encontrar. Tenemos que pensar en otras medidas. El canciller (paraguayo Rubén Ramírez Lezcano) está rumbo a Washington (EEUU) para la reunión del Consejo Peramente de la OEA. Queremos que se normalice la situación y que pare esta persecución política”, indicó.
Peña observó que en Venezuela la mitad del PIB despareció y que cerca de diez millones de venezolanos dejaron su nación. El jefe de Estado se mostró preocupado sobre la posibilidad de que la dictadura de Maduro refuerce más la represión a los manifestantes.
“Ellos proponen la violencia retórica, echando a embajadores y a personal de embajada, enfrentándose con todo aquel que pida transparencia. Días antes no permitieron que lleguen observadores, deportaron a ex presidentes y bloquearon la llegada de líneas áreas. No quise perder la esperanza hasta último momento, pero esto ya estaba preparado de antemano. Hoy el pueblo venezolano está enojado, está frustrado, y el peor desenlace es el enfrentamiento”, señaló.
Este martes, paradógicamente, Maduro ofreció una conferencia de prensa y dice que el responsable de toda la tragedia es Edmundo González y, como siempre, denunció al imperialismo norteamericano. Dijo que estaba enfrentando «una arremetida internacional, mundial, del imperialismo de Estados Unidos, de la extrema derecha fascista, para apoderarse del país a través de la criminalidad, la violencia, la manipulación y la mentira».