“Costelao” es el nombre con que los naranjalenses conocen a la «Fiesta de la Costilla«, evento que anualmente (la de este año es la número 20) se realiza en un lugar público de Naranjal Sur de Alto Paraná, que desde ayer, moviliza a miles de turistas paraguayos y de los países vecinos hacia esa zona productora de granos.
Ayer y hoy salieron algunos ómnibus trasladando turistas hacia esa tierra de inmigrantes. Un colaborador de este medio, tomó uno de esos buses y se marchó a observar el gran flujo de turistas hasta Naranjal, cuyos hoteleros están de parabienes.
Esta fiesta se volvió tradicional, atrayendo turistas de Asunción, ciudades del departamento Central, Encarnación, colonias varias de Itapúa, Caaguazú, Canindeyú, por mencionar algunos y, sobre todo de Brasil y noreste de Argentina.
Un grupo asunceno ya se marchó ayer, sábado, aprovechando el soleado día y visitaron lugares varios del centro y sur del Alto Paraná, pernoctando en Ciudad del Este.
Preparativos de la Fiesta de la Costilla
Se adelantó que la tarea de asar las costillas empieza a la madrugada con decenas de parrilleros, toneladas de carne, decenas de metros cúbicos de leña, miles de litros de cerveza, vino, agua y gaseosas. Al alba, empieza, entre mate y mate de los “gaúchos”, la ceremonia de la lenta y aromada cocción de la tierna carne bovina.
Los comensales llegaban desde la media mañana. Naranjal se llena de ómnibus procedente de muchos lugares, de coches y camionetas. Muchas con chapas de Argentina y Brasil. También participan grupos artísticos famosos de Brasil. Todo hace presumir que la convocatoria será multitudinaria.
Para el mediodía, hora del retorno masivo, todos podrán sentirse más que satisfechos por haber participado nuevamente de un evento exitoso que se volvió hasta si vale la expresión, una «tradición» y mezcla de «culturas», en esta ciudad que tiene un fuerte arraigo de ambas y donde la mezcla paraguaya y brasileña, se mezcla con otras tantas europeas para crear el ambiente único que se vive en esta parte del país.