A medida de se va desentrañando la maraña de la concesión del Estacionamiento Tarifado en Asunción aumentan más las sospechas, de que la intención real no es ordenar la ciudad. La adjudicación del control del estacionamiento en la capital del país ya surgió torcido cuando en el 2015, poco antes de que asumiera la nueva administración municipal, el intendente interino Omar Pico, firmó la concesión a la empresa Parxin, en medio de serios cuestionamientos.
Posteriormente, ya por el descontento ciudadano, el entonces intendente Mario Ferreiro anuló la concesión y la firma recurrió a la justicia. Sospechosamente también, Parxin ganó en todas las instancias y ahora la administración de Oscar Rodríguez, pretende llevar adelante el plan en los barrios: Sajonia, Villa Morra y el Centro de Asunción.
Para aumentar la sospecha hay una llamativa unanimidad en la Junta Municipal. En la sesión realizada en enero pasado, donde se trató la adenda al contrato y se estableció el monto de 4.500 guaraníes como tarifa a cobrar por hora de estacionamiento, solamente una concejal estuvo en contra de la adjudicación. La concejal Rosana Rolón acusó a sus colegas de convertirse en voceros de la empresa adjudicada y llamó la atención sobre la celeridad para el tratamiento del tema.
Ahora aparecen nuevos cuestionamientos sobre posibles negociaciones y repartijas para incorporar a otra firma para la explotación del servicio. La concesión del estacionamiento tarifado será por 15 años. Quiere decir que sin hacer mayores inversiones en la ciudad, una empresa privada, de dudosos manejos, se encargará de recaudar y desarrollar funciones que por ley deben estar a cargo de la Policía Municipal de Tránsito.
Es por demás sospechoso que en una cuestión tan vital para la ciudad y en donde se habla de la posibilidad de golpear fatalmente a la alicaída actividad comercial en el centro de Asunción, y de perjudicar los bolsillos de los trabajadores, en un momento crítico de la economía nacional, no haya habido voces disidentes en la Junta Municipal.
¿A qué o a quiénes responden los concejales municipales? Los contribuyentes de la ciudad capital están en un total estado de indefensión, ya que quienes dicen ser sus representantes no defienden ni se hacen eco de las inquietudes vecinales.
Finalmente, tendrán que ser los ciudadanos, los que a través de la presión procuren frenar o por lo menos transparentar, el proyecto y que finalmente se opte por lo que sea más beneficioso para Asunción y los asuncenos.