La decisión del presidente Joe Biden de abandonar la carrera por la reelección presidencial no sorprende a la gran mayoría. Desde su asunción al cargo, han sido evidentes los signos de deterioro en sus capacidades, exacerbados por su avanzada edad. Las confusiones constantes, los lapsus en público y las pérdidas de orientación en eventos oficiales siempre han despertado dudas sobre su aptitud para continuar liderando una de las mayores potencias mundiales.

La cuestión que permanece sin resolver es quiénes fueron los poderes fácticos que insistieron en mantener a Biden en la contienda a pesar de estas notorias incapacidades. Es digno de admiración que alguien de su edad quiera seguir batallando en el ámbito político, pero la realidad es que nadie es insustituible. Era inevitable que llegara el momento en que Biden cediera el paso a nuevos líderes.

El desempeño de Biden en el último debate con Donald Trump fue el punto de quiebre, mostrando claramente que sus capacidades no estaban a la altura de las exigencias de la reelección. Sin embargo, su renuncia se produjo después de 24 días de presiones constantes por parte de sus partidarios, quienes demandaban una decisión clara.

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La retirada de Biden reconfigura por completo el escenario electoral en Estados Unidos, un panorama que hasta hace poco parecía inclinarse hacia una inevitable victoria de Donald Trump. Ahora, múltiples interrogantes se abren paso: ¿Será Kamala Harris la candidata demócrata? Es altamente probable, considerando el respaldo de Biden y de figuras influyentes como Bill y Hillary Clinton. No obstante, la falta de apoyo explícito de Barack Obama y Nancy Pelosi sugiere posibles divisiones dentro del partido.

La Convención Nacional Demócrata, programada del 19 al 22 de agosto en Chicago, será determinante para definir el futuro del partido. Otra incógnita es quién acompañará a Harris como candidato a la vicepresidencia, en caso de que sea nominada.

Pero en definitiva, la pregunta principal es quién ganará las elecciones presidenciales. Aunque Donald Trump sigue siendo el favorito, Kamala Harris ha ganado terreno en las apuestas, más que Biden hace apenas unos días, según publicaciones de medios estadounidenses. El duelo entre Harris y Trump promete ser un enfrentamiento épico, cuyos resultados conoceremos el 5 de noviembre de 2024.

La salida de Biden de la carrera presidencial representa una gran movida dentro del tablero político y la comunidad internacional sigue expectante de cómo seguirá desarrollándose esta pulseada. En un mundo en crisis con una serie de conflictos en diferentes rincones del planeta, la definición de quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca puede definir el rumbo de la política mundial, ya que Demócratas y Republicanos tienen propuestas diametralmente opuestas para estas crisis en evolución.