Escrito por: Andres Riquelme
Vicepresidente de la FEPARAJ
Hace unos días, sorpresivamente nos dejó el querido Francisco Ochelli, una persona que desde varios aspectos supo abrazar el deporte ciencia.
Francisco estuvo presente y muy activo en el ambiente del ajedrez paraguayo en las últimas 4 décadas desde diferentes ámbitos. En los 80’ fue un fuerte jugador de Primera, luego, iniciado los 90´se inclinó hacia el arbitraje y llegó a ser uno de los primeros en obtener el título de Árbitro Internacional concedido por la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez), una actividad que igualmente le apasionaba y que la desarrolló hasta una semana antes de su partida en un IRT disputado en Asunción. Los torneos internacionales de Floripa, Brasil y otros de países vecinos también lo tenían permanentemente como parte de su cuerpo arbitral.
Más acá en el tiempo, Francisco sumó a su condición de jugador y árbitro, otras tres interesantes facetas que lo complementaron: las de profesor de ajedrez, difusor del deporte ciencia y comunicador, ocupando espacios en diversos medios.
Francisco tuvo la brillante idea de mostrar el ajedrez en lugares públicos y de masiva concurrencia, como la Casa de la Cultura y la Escalinata Antequera, donde cientos de niños, jóvenes y adultos tuvieron su primer contacto con los trebejos y muchos de ellos incluso aprendieron a mover las piezas, a jugar y a conocer sobre los reglamentos, enseñados por Ochelli. Su tablero gigante era un clásico, hacía el deleite de los niños en cada exhibición.
Como profesor, nuestro amigo de prominente y característica barba blanca, también dejó su estela en diversos clubes de nuestro país, el último el Ítalo Paraguayo donde ejercía la docencia en el departamento de ajedrez del citado club.
Dio rienda suelta a su vena periodística en el diario Ultima Hora a fines de la década pasada donde me tocó en suerte tenerlo como compañero. Recuerdo aún esas largas y simpáticas charlas de regreso a casa. En los últimos años la Corporación Deportiva Fénix lo ponía al éter los sábados para hablar de su pasión, el ajedrez.
Todos lo recordamos como un hombre afable, ceñido a sus convicciones, dotado de una personalidad que le daba la independencia que su espíritu requería, primero para dedicarse por tantos años a una actividad que le apasionaba y segundo para encarar tantas facetas de este noble deporte casi individualmente.
La enorme cantidad de mensajes recibidos por la Federación conocida la infausta noticia, por parte de personas de diversos puntos de América, dan cuenta del legado que deja, del don de buena gente que profesaba y del valor incalculable que su labor tuvo para el mundo del ajedrez.
En conmemoración con el día mundial de Ajedrez (20 de julio), sus amigos de la Escalinata Antequera, a la que tantas horas durante tantos años dedicó, junto a la Casa de la Cultura y la Federación Paraguaya de Ajedrez, le rendirán un justiciero homenaje este viernes 19 de julio a las 17 horas en dicha escalinata (Antequera y Fulgencio R. Moreno de Asunción), ocasión en la que le entregarán a la viuda de Francisco, la Sra. María Agustina García una placa de reconocimiento donada por la FEPARAJ cuyos representantes estarán presentes.
La labor desplegada por Francisco es imperecedera, el ajedrez paraguayo le está muy agradecido por sus valiosísimos aportes. En un mundo donde prima la persecución del lucro, Francisco esquivó ese objetivo para centrarse en la difusión de su pasión, el ajedrez, lo cual vale doblemente