Por un momento vamos a dejar de pensar con la idea de una Itaipú al 50% para los socios, donde su uso por parte de Brasil debe ser en base a lo que este año de manera democrática salgan de las negociaciones y de lo que conviene al Paraguay. Centrémonos en el pensamiento de ellos, entendamos que buscan y desde allí entendamos mínimamente sus expectativas, que además de las nuestras también son válidas en un emprendimiento binacional, respetando la parte que por derecho también les corresponde.
Mirando la prensa del país vecino, uno puede tener la idea de lo que busca Brasil con las negociaciones, para ellos que este año se termine de pagar las deudas es una oportunidad para utilizar todo el potencial allí instalado para bajar la tarifa, cosa que es notable que se convirtió en su estandarte para las negociaciones y claro, están en su derecho legítimo como co dueños del emprendimiento.
El socio busca bajar la tarifa
Los negociadores brasileños llegarán con el pedido de disminución de la tarifa final tal vez mayor o menor en torno a los 10 dólares por kilowatt (kW).
Incluso a nivel interno y sin consentimiento de ambas partes, ellos desde el final de la administración de Jair Bolsonaro estaban jugando con los números, como una suerte de entrenamiento para ver si podría ser factible la carta que tienen bajo la manga para esta última negociación a realizarse en agosto de este año.
A la vista de varios medios de prensa del Brasil, este asunto de la bajada de tarifa experimental que estuvo practicando el país codominante de la usina ya desde los tiempos de Bolsonaro, nos habría molestado (al Paraguay), debido a que estábamos en pleno periodo electoral y por esta razón aguardan a que nos sentemos a tomar la variación de la tarifa recién en el segundo semestre de este año.
Nuestros colegas de la prensa brasileña hacen mención a consultas hechas con negociadores paraguayos y que comentan que la posición nuestra estaría en mantener la tarifa de este año en 20,75 dólares por kW y que la diferencia se encuentra en los planes medioambientales que lleva adelante la binacional compartida.
En el presupuesto tal vez se entienda a ojo desnudo que son nada más que 10 dólares de diferencia entre un presupuesto y otro, tanto el propuesto por nuestro país como el país socio, sin embargo, la diferencia que preocupa a los vecinos es esa diferencia de 1,2 billones de dólares que se presentará finalmente. Preocupa tanto que incluso la comparan como el resarcimiento debido por estos debido a la Guerra de la Triple Alianza.
Es cierto, también los gastos de responsabilidad social de la Itaipú pasaron de 88,5 millones de dólares en 2013 a 316,1 millones de dólares de este año con una expansión del 257% y si esto no ocurría, el peso de la factura que paga el usuario residencial y de pequeñas empresas de Brasil habría sido inferior y es este el punto que desean mejorar.
Marcadas diferencias en el punto de vista de la prensa de Brasil
Como era de esperarse, las diferencias de ideología y visión están fuertemente arraigadas en los medios de comunicación del vecino país. Sus respectivas posiciones hacen un tanto difícil encontrar un punto de equilibrio en la balanza de intereses.
Por un lado el grupo de medios que se mostraron totalmente cerrado a la gestión del ex presidente Bolsonaro tienen una visión generada desde mucho antes de la negociación sobre Itaipú que se verá este año, mientras que sus defensores van por la línea de que lo realizado por su administración es lo correcto para definir.
Esta guerra que aún se siente y bien fuerte, deja un manto de confusión en lo que finalmente se realizará en el vecino país, no dejando de entender que pese a ganar las elecciones, el equipo ahora oficialista tiene menos adherentes en el Congreso y cualquier decisión tomada aún no es una definitiva.
Partiendo de este punto, la opinión real en Brasil aún no está definida y esto por que muchos medios siguen creyendo que los avances de Bolsonaro sobre Itaipú son exagerados como usar la parte de responsabilidad social para construir los puentes de Foz De Iguazú con Presidente Franco, el de Porto Murtinho con Carmelo Peralta y obras iniciadas en este país como la exclusa de navegación, un tramo de la BR-487 en Paraná, entre los 26 proyectos realizados por la Itaipú.
A esto se suman la presión de que la cuenta de luz finalmente tenga que pagar los proyectos de la gestión 2019-2022. En pocas palabras, la guerra electoral continúa y se pone el sayo de emprendimientos de la Itaipú que pueden zanjar los intereses binacionales, según lo divulga la prensa.
Para entender lo que podría pasar, es bueno comprender a su vez, el momento que ellos viven, que se encuentran en una división marcada políticamente y que no todo lo que ellos convengan será del agrado del Paraguay y de la propia mitad de los brasileños.