El presidente de Brasil, Luiz Inácio «Lula» Da Silva no perdonará al bolsonarismo radical por lo que hizo cuando asaltó los edificios de los tres poderes del Estado. Con manos de hierro, ejercerá el poder sobre sus representantes, sin importar si es militar o civil. El jefe de Estado brasileño aún teme cualquier desborde y aún desconfía de su entorno.
Lula sospecha de que hay policías y militares «conniventes» con los manifestantes bolsonaristas radicales. Por eso, ordenó una minuciosa investigación no solamente a ellos sino a su entorno para saber quienes pueden conspirar y quienes estarían vinculados con el ex presidente de la República que había perdido las elecciones.
“De aquí en adelante vamos a ser más duros, más cautelosos, más prudentes”, dijo Lula que venció a Bolsonaro en las presidenciales.
«Una revisión profunda», de todas las personas que trabajan en el gobierno, sobre todo en el gobierno central, ordenó Lula. Recordó una cosa rara que se verificó luego de las manifestaciones en el Planalto: «Ni una puerta se rompió. Quiere decir que había connivencia del sistema de seguridad», indicó.
“El palacio estaba lleno de bolsonaristas, de militares, y queremos ver si podemos corregir (la situación) para colocar funcionarios de carrera, de preferencia civiles. No puede permanecer aquí adentro alguien sospechoso de ser bolsonarista radical», afirmó.
El presidente de Brasil señaló que actuará con dureza contra el bolsonarismo radical, al que considera una amenaza contra la democracia en Brasil.
“Estoy convencido de que la puerta del Palacio de Planalto fue abierta para que las personas entraran porque no hay puertas rotas. Significa que alguien les facilitó la entrada aquí”, señaló.