Pese a las reuniones y declaraciones públicas de los representantes del gobierno, no está clara la posición de la administración de Mario Abdo Benítez, respecto a la renegociación del Tratado de Itaipú. De las expresiones del canciller, Julio César Arriola, ante la Comisión Permanente del Congreso, se desprende que todavía no hay una agenda y que todo depende del humor de las autoridades brasileñas, para que se comience una hoja de ruta para la revisión del Tratado.
La extinción de la deuda de Itaipú por la construcción de la usina en el 2022 significa que la energía generada por la planta deberá ser mucho más barata, porque se produce una drástica reducción de los costos de operación.
Desde un principio la posición brasileña respecto a esta nueva realidad es muy clara: quieren una energía más barata. Esta postura radica en la presión del sector industrial, que está abandonando Brasil por el alto precio de la energía. Ante esta presión el ex presidente Jair Bolsonaro, redujo de forma unilateral el precio de la energía mucho antes de iniciarse la renegociación.
El desafío del gobierno de Lula es revitalizar el sector industrial brasileño, alicaído en los últimos tiempos, y apostar por energía limpia y renovable, que es lo que ofrece Itaipú. Lula llegó al poder con un fuerte discurso por la defensa del medio ambiente y esa será su prioridad.
Del lado paraguayo la posición todavía no es muy clara. Si bien el país ya cuenta con infraestructura para disponer del 50 por ciento de la energía que le corresponde, Paraguay no tiene una política de desarrollo industrial, que apunte a utilizar toda la energía disponible.
En estas condiciones, el nuevo acuerdo con Brasil tiene que contemplar la posibilidad de que el país venda su parte de la energía directamente al mercado brasileño o, a otros países de la región como Argentina, Uruguay, Chile a un precio más alto. Actualmente, el Tratado sólo permite esta posibilidad, si Eletrobras rechaza la oferta de comprar la parte paraguaya, cosa que es improbable que suceda, por la gran demanda que tiene Brasil.
Las autoridades paraguayas siguen especulando sobre la posibilidad de mantener los costos de energía de Itaipú (US$44/Mwh). Esto ya lo adelantó el presidente de la Ande, Félix Sosa, en declaraciones a medios de prensa, se pretende mantener la tarifa actual, para financiar el funcionamiento de la Ande.
La intención es evidentemente convertir la parte de los recursos que se utilizaban para pagar la deuda en regalías para cada país. Es decir, usar la plata de Itaipú para reforzar las finanzas públicas, lo que se traduce en mantener los privilegios de la clase política y su claque empotrada en los organismos del Estado.
Soberanía energética
Las negociaciones del Tratado deben contemplar en primer lugar para Paraguay, la libre disponibilidad y soberanía sobre la energía paraguaya, la plena cogestión administrativa de la hidroeléctrica y la finalización de obras pendientes, como la esclusa de navegación. Un reclamo siempre presente respecto a la binacional es también la transparencia administrativa. De estas cuestiones no hablan al menos públicamente los representantes del gobierno actual.
Otra realidad que hace que las expectativas de que la mentada renegociación no reportará muchos beneficios para Paraguay está en el hecho de que Itaipú asumió compromisos con la construcción de dos puentes entre Brasil y Paraguay; el puente de la Integración, ubicado entre Presidente Franco y Foz de Yguazú y el Puente Bioceánico, entre Carmelo Peralta y Puerto Murtinho.
Estas obras de infraestructura, que en puridad no se encuadran dentro de los fines y objetivos iniciales de Itaipú, deben ser pagadas. Estratégicamente, estos puentes comenzaron a construirse unos años antes de la renegociación del Tratado. Es muy probable que los recursos sobrantes después del pago total de la deuda por la construcción de la usina, se destinen ahora para el pago de las referidas obras.
Según el experto en energía, general (R.) Juan Antono Pozzo, lo más probable es que para pagar esas deudas se terminen inflando los gastos de explotación. “Inicialmente, el gasto de explotación de Itaipú era una cifra ínfima. Si llegaba a 200 millones de dólares al año, ya era muchisimo. Ahora con esto van a inflar los gastos de explotación y ese dinero se va a seguir usando en estas cuestiones relacionadas con los puentes. porque hay deudas asumidas por Itaipú por construcciones que no son de su incumbencia, pero hizo y eso se tiene que pagar y como ya no va a haber un dinero extra por vía de la tarifa de la electricidad, entonces probablemente van a inflar los gastos de explotación, eso digo yo, no hay otra manera”, señaló.
Para Pozzo, la cuestión de la renegociación del Tratado es categórica: “un gobierno que defienda nuestra soberanía, tiene que procurar la disponibilidad total de la energía que le corresponde a Paraguay”.
“Vamos a hacer nosotros nuestra plata con la energía generada. Hay que darle a los industriales la electricidad que necesitan. Se van a crear muchas fuentes de trabajo”, dijo y agregó que ya hay muchas naciones industrializadas que están mirando la posibilidad de que Paraguay disponga de su energía para instalarse y producir desde nuestro país.